La sobreexplotación de agua subterránea entre los años 2006 y 2021 en la localidad de Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla, Puebla, es una de las principales causas de la formación del socavón, determinó este 8 de julio el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el cual sugiere ampliar los estudios en 110 hectáreas de la zona.
Con este primer dictamen, el Politécnico contradice la opinión técnica de la Comisión Nacional del Agua, organismo federal que se adelantó el 4 de julio a difundir que la sobreexplotación no fue la causa, estudio que tomó como base la empresa Bonafont para exigir el retiro de activistas en su embotelladora ubicada en este municipio, para seguir extrayendo 1 millón de litros de agua diarios como lo hace desde hace 29 años.
El dictamen de 19 hojas, que este 8 de julio presentó la secretaria de Medio Ambiente en Puebla, Beatriz Manrique Guevara, señala que otra causa de la formación del socavón tiene que ver con las lluvias.
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Históricamente, en Zacatepec llueve 80 milímetros (mm) para los meses de mayo. Pero en 2018 la lluvia fue de solo 72 mm, de 52 mm en 2019 y de 68 mm en 2020, muy por debajo de la media; esta escasez de agua ocasionó erosión y oquedades, donde el suelo es principalmente de arena.
Hasta mayo de 2021 había llovido más de 147 mm, la tercera mayor precipitación en 30 años, muy por arriba del promedio, lo que provocó que se abriera la tierra.
No hay falla geológica
Como parte de los estudios geofísicos de refracción sísmica, que hicieron durante el último mes, científicos del Politécnico determinaron que al menos hasta 50 metros de profundidad no hay una falla geológica como causante de la aparición del socavón en la localidad de Zacatepec.
En esa comunidad la familia Sánchez Xalamihua es la única que ha perdido su casa, la cual se tragó el enorme socavón que ya tiene un diámetro de 126 metros.
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“Los flujos subterráneos naturales producidos por el gradiente hidráulico presente en la microcuenca del río Actopan y los flujos subterráneos inducidos por conos de abatimiento producidos por la explotación del agua subterránea, han favorecido los procesos erosivos de socavamiento en estratos del subsuelo agrícola”, se lee en el estudio.
“El proceso erosivo de remoción de sedimentos finos se lleva a cabo durante la época de lluvias actual y la alternancia de estos flujos promovió la remoción de sedimentos finos produciendo oquedades primeramente individuales y posteriormente colectivas que ocasionaron un vacío y consecuente colapso del techo del socavón”, abundó.
Las causas del socavón podrían replicarse en la zona
El Politécnico precisó que debido a que el proceso está activo, las causas que le dieron origen al socavón podrían estarse replicando en algún otro sitio de la zona agrícola, por lo que recomendó llevar a cabo un estudio regional de magnetometría, con el cual se podrá detectar zonas de susceptibilidad al desarrollo de anomalías que dieron origen al socavón.
“De igual forma debemos estudiar geohidrológicamente la zona de Juan C. Bonilla con registros de parámetros en los pozos de la región, nivel freático y muestras para la época de lluvias y época de estiaje con el fin de aproximar el ciclo hidrológico; así como una serie de estudios que se incluyen en el presente documento”, cita el estudio.
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Asimismo, consideró que es necesario ampliar el polígono de estudio para conocer las condiciones del resto de la zona y poder determinar la susceptibilidad del área limítrofe al socavón. De acuerdo con los resultados obtenidos, se propone que esta ampliación abarque un área mínima de 110 hectáreas.
“Si bien el desprendimiento de bloques ha reducido su velocidad a casi ser nula durante los últimos días, el área se considera inestable y el perímetro de seguridad debe continuar como hasta ahora”, indicó.
Hasta el momento, no se encuentra con registro de otro evento de la misma naturaleza en el área; sin embargo, dado que los elementos estructurales, litológicos y geohidrológicos de la zona se comparten con los municipios vecinos, se recomienda el constante monitoreo, y pronta acción en la prevención del desastre, actualizando los atlas de riesgo y planes de desarrollo urbano con resultados de estudios profundos y precisos.
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Para los especialistas del Politécnico es una prioridad para los municipios abastecidos por el Acuífero del Valle de Puebla generar y actualizar los datos geohidrológicos, lo que permitirá tener un conocimiento real del volumen disponible y así hacer las adecuaciones necesarias para su manejo y gestión sostenible.
