“Ya no se puede hacer nada”, es una frase constante afuera del Hospital IMSS La Margarita, que a año y medio de la pandemia de Covid-19 sigue recibiendo pacientes graves por este virus.
Este domingo 25 de julio se observaron varias personas abrazándose, dándose consuelo o una palmadita en la espalda ante las noticias que recibían por parte de los médicos sobre sus pacientes que no resistieron más estar intubados y murieron.
Mientras esto ocurría en urgencias, en las puertas entraban y salían ambulancias con más enfermos de Coronavirus, en una ciudad como Puebla capital en donde la semana pasada se retrocedió a semáforo naranja, debido a que los contagios están llegando hasta 150 al día, un umbral similar al de la segunda ola.
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Cuando esta reportera se acercaba a alguna de las personas en búsqueda de contar su historia, ahora que muchas personas se siguen negando en cuidarse de las variantes Delta, Gamma, Alfa y Épsilon, únicamente se limitaban en comentar “ahorita no estoy de ánimos”. Y no, lo que les interesaba en esos momentos era terminar lo antes posible con los trámites para llevarse a casa las cenizas de sus seres queridos.
Fernanda Montero, una mujer que hacía guardia para esperar información de su familiar internado, “no enfermo de Covid”, señaló que durante el par de días que lleva aquí, ha escuchado testimonios de familias completas que se han contagiado y debido a la sobrepoblación que ya existe en el hospital, pronto colapsará de nuevo si este ritmo continúa.
“Está como si fuera la primera (oleada de la Covid-19). No a todos nos da de la misma manera, el Covid viene de diferentes formas (…) es una ola que no va a terminar nunca”, dijo a MTPNoticias otra mujer que esperaba sentada noticias de su familiar.
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Es que no pasa ni una hora cuando médicos y enfermeras salen a informar que ya no hay nada que hacer en el caso de algunos internados.
En medio de esta tercera oleada de Coronavirus que en Puebla ha dejado 89 mil 492 casos positivos y 12 mil 901 muertos, al corte del viernes 23 de julio, también continúa la vida fuera de la Covid-19 entorno al mismo hospital, a donde también llegan mujeres embarazadas a sus chequeos, en espera de dar vida a otro ser humano, mientras otros se van a causa de la pandemia nacida en China.
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