Los Reporteros
No cabe duda que para ser político, hay que ser cínico.
Los cuerpos de los exgobernadores Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso aún no se enfrían y sus exaliados ya buscan cómo seguir viviendo del erario público.
No tienen nada qué ofrecer, pues en la orfandad en la que están, dan más pena que otra cosa, pero… algo buscan, y no precisamente es fuerza política que se refleje en estructura.
Miguel Barbosa no necesita nada de quienes en el pasado le escupieron hasta el cansancio para ganar, en caso de que sea el elegido como candidato a gobernador en Morena.
Él lo sabe, pero como se propuso a no mantener una actitud soberbia como en la elección del 2018, ha escuchado a todos los que se han acercado a él a ofrecer “ayuda”.
Tal es el caso del padre del diputado local con licencia, Gerardo Islas Maldonado, y su subordinado Luis Tiffein.
Sin tantita pena acudieron a uno de los eventos de Barbosa para buscar un diálogo con él.
“Estamos contigo”, le dijeron, según los testigos.
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Lo mismo le dijeron a Martha Erika Alonso en la elección del 2018 con tal de mantener sus cargos en Desarrollo Social y en Protección Civil.
Sin embargo, pronto olvidaron a sus antiguos jefes. Hoy buscan más maíz.
¿O será que Tiffein busca negociar impunidad para él y para Gerardo Islas por los desvíos de recursos destinados a la reconstrucción del 19S?
No olvidemos que se presentó una denuncia contra Islas pero se congeló en la Contraloría.
Barbosa ya tiene conocimiento de ese presunto desfalco. Se habla de hasta 500 millones de pesos.
Si no, qué otra cosa puede explicar que aún con los cuerpos calientes de los panistas, ya pasaron por encima para buscar aliarse con quien fue un enemigo de la pareja.
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