La pregunta que se hace y los comentarios en esta columna pueden resultar estúpidos para muchos, pero es necesario que las autoridades de más alto nivel en México pongan sobre la mesa la pregunta de ¿Cuántos bebés más han sido robados o exhumados en panteones en este país?
La noticia del caso del bebé Tadeo, quien fue exhumado de un panteón en Iztapalapa, en la Ciudad de México, y que fue abandonado en la basura en el penal de San Miguel en la ciudad de Puebla, donde fue encontrado este 10 de enero, se propagó en todo el país y en el extranjero.
Hasta ahora solo tenemos los datos dados a conocer por el fiscal en Puebla, Gilberto Higuera, quien este sábado explicó que tras estudios biológicos se confirmó la identidad de Tadeo, además de reportar que fue identificada la persona que tiró el cuerpecito en el reclusorio.
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El fiscal abundó que los órganos del bebé estaban intactos, con esto no descartó que haya sido usado para ingresar alguna droga al penal, pues hasta ahora no se ha precisado para qué fue ingresado el cadáver del bebé a San Miguel.
Quien esto escribe se pregunta:
¿Quién avisó que en la tumba tal del panteón en Iztapalapa estaba el cadáver de un niño de tres meses?
¿Por qué no se dieron cuenta los panteoneros en ese momento, sino hasta que se detonó en redes y los padres exigieron abrir la tumba?
¿Y si hay bandas del crimen organizado que están robando cuerpecitos de bebés para transportar droga a cualquier parte del país? Suena descabellado, amarillista y estúpido, pero en un México podrido todo puede suceder.
Pues qué casualidad que en el penal de San Miguel los custodios no se percataron que el bebé estaba frío, muerto.
Lamentablemente el caso del bebé Tadeo se destapó en Puebla y eso porque alguien encontró el cuerpecito.
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¿Cuántos casos más en otros penales pudo suceder lo mismo, pero nadie lo reportó?
En Puebla no se escondió el caso, pero no fue en este estado sino en la Ciudad de México donde comenzó esta macabra historia, pues de ahí robaron el cuerpecito.
La Fiscalía General de la República debería tomar el caso, porque esto no suena a un caso aislado. Esperemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador hable del tema en estos días.
¿Y si no fue la delincuencia organizada? ¿Entonces fue un rito satánico? Ya lo sabremos.