En Puebla, y por qué no decirlo en México, estamos tan acostumbrados a la impunidad, a que no se castigue a los políticos que se enriquecieron a costa de los mexicanos.
Como distractor político, un gobierno estatal o federal si acaso mete a uno o a dos a la cárcel y párele de contar.
En México hay mucho choro y hasta una consulta ciudadana para preguntar a los mexicanos si deben ser castigados los expresidentes.
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Hasta ahora ninguno ha caído, ni Enrique Peña Nieto, ni Felipe calderón, ni Vicente Fox.
En Puebla con menos choro y en tres años, el gobierno de Barbosa mandó a prisión a más de una veintena de políticos.
En esa lista hay exfuncionarios de gobiernos estatales pasados, exediles, presidentes municipales, notarios, un magistrado, un director de un periódico y hasta los propios colaboradores cuando fueron descubiertos de hacer sacar provecho a sus cargos públicos.
Entre esos cercanos cayó un integrante del gabinete, Guillermo Aréchiga, quien fungió como secretario de Movilidad y Transporte; y Francisco Romero, titular del Órgano de Fiscalización Superior.
Inimaginable fue que mandara a detener a sus más cercanos, por corruptos y traidores.
¿Alguien sabe si Antonio Gali metió a alguien a la cárcel, en su corta gubernatura? La respuesta es no, a ningún político. Eso sí, sus más cercanos colaboradores se enriquecieron presuntamente a sus espaldas y varios son objeto de investigación.
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¿Rafael Moreno Valle mandó a la cárcel a algún político? Mandó a decenas de perseguidos políticos, que en realidad fueron líderes de movimientos sociales.
En sí solo ordenó la captura de Alfredo Arango, quien fuera secretario de Salud con Mario Marín (2005-2011), pero solo permaneció un año en la cárcel.
¿Mario Marín o Melquiades Morales detuvieron a alguien? No, jamás. Los gobiernos del PRI fomentaban la impunidad, perdonando las tranzas de los anteriores gobiernos.
Barbosa apenas inició su gobierno y al primero que mandó a la cárcel fue a Eukid, operador de Moreno Valle.
Y fueron cayendo lo mismo panistas, priistas que morenistas, como Leoncio Paisano, exedil de San Andrés Cholula; y Felipe Patjane, exalcalde de Tehuacán.
Faltaron muchísimos en ir a prisión, la gran mayoría huyó de México, se refugiaron en otros países.
Después de Barbosa, en Puebla difícilmente veremos que otro gobernador castigue la corrupción. Este 13 de diciembre murió por causas naturales.
En paz descanse el gobernador Miguel Barbosa.