Después de que el cadáver del bebé Tadeo fuera exhumado de una tumba del panteón de San Nicolás Tolentino en Iztapalapa, Ciudad de México, y se destapara que existe tráfico de restos humanos en los cementerios de esta ciudad, la alcaldía blindó el panteón con seguridad y comenzó a pintar las tumbas y a podarlas.
Hace un par de días la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, recorrió el lugar y anunció que hay mil trabajadores de 13 direcciones trabajando en el lugar para rescatarlo del abandono en el que se encontraba en los últimos años.
Lee: Trafican con restos humanos en panteón de Iztapalapa donde robaron a bebé Tadeo
Se trata de un panteón, el segundo más grande de la capital del país, con una superficie de un millón cien mil metros cuadrados. De donde el pasado mes fue sustraído el cadáver de un niño de tres meses de edad, mismo que fue hallado en un contenedor de basura del penal de San Miguel en la ciudad de Puebla el pasado 10 de enero.
En las redes sociales algunos usuarios le pidieron delimitar el perímetro del cementerio, pues no está blindado y hay una parte donde hay una pequeña puerta por donde quien sea puede meterse a cualquier hora.
El pasado 25 de enero la alcaldesa anunció que tras la exhumación de Tadeo, se separó de su cargo a todos los prestadores de servicio de este panteón y adelantó que equipará el lugar con cámaras de vigilancia y hasta drones, para evitar que se roben los restos humanos.
En Puebla la Fiscalía General del Estado (FGE) esclareció el hallazgo del cuerpo del menor en el penal y detuvo a 23 personas, entre servidores públicos y directivos del lugar, de los cuales cuatro ya fueron liberados y aún se espera que ejecuten tres órdenes más de aprehensión contra dos reos y un custodio.
Recomendamos: Antonio Soto: el exmilitar que planeó usar a bebé Tadeo para controlar más el penal de San Miguel
Por este hecho se detuvo a Nadia Carolina y Jessica, la primera fue quien por órdenes del reo Antonio Soto introdujo el cadáver con ayuda de la segunda, quien era custodia. El cuerpo fue ocultado por Antonio y abandonado en el contenedor del basura por otro reo identificado como Sergio. Las autoridades buscan a Gerardo, otro custodio implicado.
El ingreso del cadáver a este centro penitenciario, según la Fiscalía poblana, fue para desestabilizar el lugar y el grupo que lo hizo buscaba tener más control.