Las historias de Javier García Ramírez y Xabier Albizuri son muy similares a su paso por la administración pública.
Los dos se llaman igual, solo que uno es Javier con J y con V, como se conoce a los Javieres en las colonias o en los barrios; el otro es con X y B, para que el nombre se note de más caché, para los ‘bros’ de la crema y nata social en Puebla.
Javier (el de con J y V) vendía tortas y comida antes de ser rico gracias a su compadre Mario Marín, hoy preso en Cancún, Quintana Roo.
Xabier estaba en el desamparo hasta que recibió la bendición de ser adoptado políticamente por Antonio Gali.
Los dos Javieres y/o Xabieres eran unos completos desconocidos y en una década se volvieron los secretarios de Obra y/o Infraestructura más buscados a su paso por la administración estatal.
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Javier fue director de Obras Públicas en el ayuntamiento de Puebla, en el periodo 1999-2002, cuando Mario Marín fue alcalde, obvio bajo las siglas del PRI. Desde ahí le gustó el dinero fácil.
Xabier fue secretario de Desarrollo Social en el ayuntamiento de Puebla, en el periodo 2014-2016, mientras Antonio Gali, bajo las siglas del PAN, fue alcalde por solo dos años.
Javier fue secretario de Desarrollo Urbano y Obra Pública en el sexenio de Marín (2005-2011).
Xabier fue secretario de Infraestructura (dependencia que hacía las obras) solo 11 meses: del 17 de enero al 30 de noviembre de 2018 con Antonio Gali, pero eso le bastó para llenarse los bolsillos.
Javier está prófugo de la justicia desde 2011 cuando el fallecido exgobernador panista, Rafael Moreno Valle, le armó un expediente por presunto enriquecimiento ilícito por al menos 23 millones de pesos.
Xabier también es considerado prófugo, porque en junio de este 2021 la Fiscalía de Puebla obtuvo una orden de aprehensión en su contra.
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A Javier lo señalaron de enriquecerse y hacerse de residencias de lujo, a Xabier… también.
Javier estuvo seis años como encargado de la obra pública en el estado con Marín, Xabier solo 11 meses con Gali.
A Javier lo señalan de comprar carros Porsche y Ferrari, a Xabier de recibir residencias de más de 15 millones de pesos como pago de favores por parte de constructores en los exclusivos fraccionamientos: La Querencia y La Vista en la zona de Cholula, además de ser socio de Val’Quirico en Tlaxcala.
Contra Javier se libró una orden de aprehensión por las anomalías millonarias en la construcción del Centro Expositor en la zona de Los Fuertes.
Contra Xabier también.
Coincidentemente los dos hicieron negocio con el Centro Expositor, la magna obra del gobierno de Mario Marín.
Primero: Javier fue señalado por los sobrecostos en esta obra. Diez años después, Xabier es investigado por hacer negocio con la misma obra, específicamente por sus nexos con el magistrado de la Primera Sala Unitaria del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Puebla, Alfonso Siriako Guillén Almaguer.
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Siriako trabajaba para Xabier Albizuri en la Secretaría de Infraestructura en 2018, cuando en su calidad de director de Asuntos Jurídicos en la Secretaría de Infraestructura, Siriako dejó perder un laudo a favor de tres empresas constructoras, por un monto de 107 millones de pesos, que no participaron en la edificación del Centro Expositor, en el sexenio del exgobernador Marín, pero que las favorecieron con bolsas de dinero.
Siriako está en la cárcel desde el pasado 14 de mayo, ahora la autoridad ministerial anda tras los pasos de Xabier, como sucedió en su momento con el Javier de barrio.