Mal y de malas es como se construye el proyecto político de Ignacio Mier Velazco rumbo a 2024.
Pese a su experiencia política, el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados cometió un error de primaria en la elección de 2021: enfrentar al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta en su afán por apoderarse de las principales candidaturas.
Para lograrlo no tuvo empacho en unirse al grupo antibarbosista, integrado por Carlos Alberto Evangelista, Edgar Garmendia, Claudia Rivera Vivanco y Alejandro Armenta Mier, quienes vieron sorprendidos cómo su planes se fueron al caño tras los resultados en las urnas.
Luego de la jornada electoral, Mier Velazco tuvo la oportunidad de darle vuelta a la hoja y unir fuerzas con el mandatario estatal para la instauración del nuevo régimen.
Por el contrario, la soberbia del bartlista se impuso, fortaleció su relación con los legisladores federales opositores a Barbosa y, desde San Lázaro, comenzaron los ataques.
Mientras Barbosa Huerta recibía en Casa Aguayo a los actores de todos los partidos políticos, Ignacio Mier se refugió en la Cámara de Diputados como un mensaje de que no iba a reconocer al gobernador como la única aduana rumbo a 2024. (Nuevo error de primaria).
Los días pasaron, Daniela e Ignacio Mier Bañuelos, hijos del legislador federal, ocuparon sus cargos como diputada local y presidente municipal de Tecamachalco, respectivamente. Los cachorros del político asumieron la misma postura de sus padres y la división de ahondó.
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En esa ruta caminaban los Mier hasta que tuvieron que enfrentar el primer escándalo en sus propios entrañas: Sandra Nelly, suplente de la diputada local por Tecamachalco, Ruth Zárate -aliada de la familia- y principal operadora política de los cachorros, fue detenida en posesión de un arsenal. Su pareja sentimental Juan Jesús, expolicía federal y asesor en materia de seguridad en ese municipio, estaba siendo investigado por ser el encargado de suministrar armas al capo huachicolero Antonio Martínez Fuentes, ‘El Toñín’.
En medio del escándalo nacional que generó la detención, Ignacio Mier Velazco tuvo que dar la cara ante los medios nacionales. ¿Qué hizo? Negar la realidad, desmentir una cercanía con Sandra Nelly pese al caudal de evidencias y afirmar públicamente que no esta interesado en la candidatura a la gubernatura.
Pese al intento de tapar el desprestigio, un nuevo escándalo saltó a la palestra. El periodista Fernando Maldonado reveló la reunión que habría sostenido Daniela Mier con la hermana de ‘El Toñín’, misma que fue desmentida por la legisladora local pero la sospecha quedó más firme.
Ahora, Ignacio Mier Velazco tendrá que salir a dar la cara por un nuevo caso que involucra a su hijo, el alcalde de Tecamachalco tras la ejecución que la policía municipal de ese lugar perpetró contra tres agentes estatales de investigación de la Fiscalía General del Estado.
Lo peor de todo es que la acción criminal de los uniformados municipales ocurre justo a unos días en que legislador federal se reuniera con el presidente Andrés Manuel López Obrador y organizara a sus empleados para que le gritaran: “gobernador”.
Tras la ejecución, las sospechas sobre la investigación en la venta de armas a líderes huachicoleros, la pregunta obvia es: ¿Cómo puede ser gobernador un político que se encuentra en medio de escándalos graves?
Estos sucesos, además, dejan en evidencia que la principal vulnerabilidad de la carrera a la gubernatura de Ignacio Mier Velazco está en él, su familia y sus aliados.
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Santizo y la otra mafia
El 18 de octubre de 2021, el reportero Iván Reyes informó la siguiente en ContraRéplica Puebla:
“En el municipio de Tecamachalco, Ignacio Mier Bañuelos —quien forma parte del grupo antibarbosista—, nombró a Alejandro Santizo Méndez como su encargado de seguridad pese a que forma parte del equipo de Facundo Rosas Rosas, exsecretario de Seguridad Pública estatal y a quien se le atribuye el disparo del huachicol en la zona del triángulo rojo en el sexenio de Moreno Valle.
“Fue el mismo Facundo Rosas quien fue despedido por el mandatario panista luego de que en junio de 2015, dos de sus mandos fueron detenidos mientras custodiaban vehículos con hidrocarburos robados.
“Causa suspicacia que Ignacio Mier Bañuelos colocó a Santizo Méndez unas semanas después de la detención de la diputada local suplente de ese municipio, Sandra N., quien fue capturada por la posesión de armas de grueso calibre de uso exclusivo del Ejército Mexicano y que forma parte del grupo político de su padre, el diputado federal Ignacio Mier Velazco”.
En esa misma edición, en la sección Tiraditos de dicho medio, se reveló:
“En el estado de Puebla acudimos a dos mafias que están inmersas en el mundo de la seguridad pública. Por un lado, se encuentra Manuel Alonso García como cabeza de la organización conocida como La Hermandad, la cual nació desde la época de Mariano Piña Olaya, pero ha gozado de cabal salud en cada sexenio y trienio. Este grupo tomó mayor fuerza con el galicismo y logró colarse en varios municipios de la zona conurbada. La importancia de este grupo es su rápida capacidad de mutación o, si se quiere, de mimetismo. Unos años fueron marinistas, otros fueron blanquistas, unos más panistas. La Hermandad controla todo lo que puede: cuotas a los agentes policiacos y viales, a los bares, tables y centros nocturnos; sabe de la distribución de narcotienditas y hasta de los diferentes grupos que operan por región. Manuel Alonso es su principal cara, pero también lograron tener acomodo con Jesús Morales Rodríguez, quien vio en ellos la posibilidad de crear a un grupo particular que operara bajos sus órdenes. Del otro lado de la mafia institucional de seguridad pública se encuentra Facundo Rosas Rosas, exsecretario de Seguridad Pública estatal y a quien se le atribuye iniciar con el huachicoleo de una forma más estratégica y gerencial. El integrante de la burbuja de Genaro García Luna tuvo todo el control de la capital y zona conurbada cuando llegó asumió el control de la SSP. Su principal ahijado político es Alejandro Óscar Santizo Méndez, exsecretario de Seguridad Pública municipal. Entre ellos está la disputa del control de los negocios oscuros”.
Aunque Facundo Rosas envió una furibunda carta desmintiendo la información publicada, la sombra del escándalo no lo dejará durante mucho tiempo, lo mismo que la sospechas.
Por Ignacio Juárez Galindo
