Es oficial. El Reino Unido tiene nuevo rey: Carlos III, tras la muerte de Isabel II el año pasado, y este sábado – entre críticas, mal clima y una controvertida primera aparición – recibió la corona junto con su esposa, la reina consorte Camila.
Desde hace 70 años la gente de Inglaterra no había atestiguado una ceremonia de coronación, precisamente desde la coronación de Isabel II en febrero de 1952. La primera en ser televisada.
Ahora, la televisión y el internet fungieron como las principales herramientas para exhibir este evento.
La prensa especializada, ha hecho hincapié en la baja presencia de súbidtos en las calles para este acontecimiento.
A diferencia de eventos de Isabell II como su jubileo o su propio funeral, la coronación de Carlos III – su primogénito – parece no haber tenido el eco esperado.
Tras la muerte de Isabel II en septiembre del año pasado, Carlos III ya ejercía las funciones de monarca y únicamente faltaba que se le coronara.
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Carlos III es coronado: Camila y él al centro en Buckingham
El momento más solemne se presentó cuando Carlos fue ungido como rey al serle colocada la corona en la abadía de Westminster.
Como la tradición lo indica, sí se transmitió pero al evento únicamente asistieron la realeza, mandatarios mundiales e invitados especiales.
El recorrido del carruaje real que lo llevó al Palacio de Buckingham lo presenciaron sus súbditos pero no se reportó gran aglomeración de las calles.
Ya en el Palacio de Buckingham, tanto él como Camila Parker, su segunda esposa y ahora reina consorte del Reino Unido, salieron a dar su primer saludo como los monarcas de ese país isleño.
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Se esperaba que los hijos de Carlos, William y Harry, lo flanquearan pero el primero fue colocado en una orilla.
Al segundo, se sabe, ni siquiera lo invitaron a la fotografía oficial del balcón aunque asistió a la coronación.
No son secretos los problemas entre Harry y la familia real y se pretendía que su asistencia a la coronación de su padre limara asperezas.
