“Si no les cumple, me lo chingo”, fue la advertencia que hizo la leyenda del boxeo mexicano, Julio César Chávez sobre las promesas que ha hecho su “amigo”, Alejandro Armenta en Puebla en materia de deporte, en su lucha por ganar la gubernatura en la elección del 2 de junio.
Eran cerca de las 18:00 horas cuando el excampeón mundial del boxeo arribó al corazón de la Unidad Habitacional La Margarita, en donde ya lo esperaban chicos y grandes con sus dibujos, tenis, una libreta, una gorra o un guante para pedirle autógrafo.
Dos hombres vestidos de negro resguardaban el paso de Chávez, quien feliz y amable atendía cada una de las peticiones. Se tomaba selfie tras selfie.
Algunos jóvenes se le acercaban para decirle que lo admiraban. Admiran aún a aquel boxeador que obtuvo títulos mundiales en tres diferentes divisiones de peso: superpluma, ligero, y superligero en los años 80’s.
“¡Julio, julio!”, se escuchaba de manera unánime entre la multitud que se dio cita, quienes fueron enterados por líderes de la colonia en que Julio César Chávez estaría ahí este 12 de abril en una “entrenamiento masivo”.
Atrás de él desfilaron Gabriela ‘La Bonita’ Sánchez; la candidata a diputada local por el distrito 16, Graciela Palomares; la candidata a diputada federal, Nora Merino, entre otros.
Minutos después, ya que iba llegando Chávez al estrado, llegó el candidato a la gubernatura de Puebla por la coalición de Morena, Alejandro Armenta Mier, quien llegó acompañado de su perro Tommy.
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“Si no les cumple, me lo chingo”: la promesa de Julio César Chávez en Puebla
Ya en el presídium, rodeado por candidatos morenistas, Julio César Chávez dio un discurso dejando en claro en primer lugar que él nadie lo trajo a Puebla, sino que él decidió viajar desde Los Ángeles para apoyar a Armenta porque es su amigo y porque cree en su proyecto.
“¿Por qué apoyo a este gran amigo mío?, porque lo conozco desde hace ya mucho tiempo, sé que es una persona que se preocupa por los jóvenes, ha hecho un gran trabajo”, dijo.
Lo interrumpieron los gritos de la gente pero siguió: “aparte, vine porque se ha comprometido conmigo en dar un gran realce al deporte. Vamos a estar haciendo bici profesional aquí en Puebla. Quiero que salga el próximo Julio César Chávez, primeramente Dios”, dijo, mientras abrazaba con una mano a Armenta.
Los aplausos y la euforia que despierta la esperanza se desató a la par de las consignas a favor: “¡Chávez, Chávez!”.
A los padres de familia que ahí se encontraban, les informó que él tiene clínicas de rehabilitación (Baja del Sol en Sinaloa).
Por ello, uno de los compromisos que le ha hecho Armenta es que de ganar la elección del 2 de junio, crearán un centro de rehabilitación en Puebla. Ahí se atenderán a los jóvenes que cayeron en adicciones.
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Centro de rehabilitación en Puebla
El propio Chávez ha reconocido en múltiples ocasiones que no solo llegó a la cima como boxeador profesional sino también por haber caído en las drogas.
“Por eso, quiero que se comprometa con ustedes, y sino cumple, me lo chingo”, advirtió.
Otro entretenimiento masivo fue programado para las 19:00 horas en el Parque de San Francisco Totimehuacán.
En eso, Armenta le dio un abrazo y le levantó el brazo en señal de victoria y de cerrar el pacto.
Las familias que se dieron cita gritaron de felicidad y aplaudieron al excampeón.
Después, llegó el “entrenamiento masivo” de box por el mismísimo Julio César Chávez, quien de a ratos daba indicaciones de cómo seguirle el paso.
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Algunos de los que se dieron cita fueron preparados con sus guantes, otros, con sus puños cerrados fueron “entrenando” con Chávez. El boxeador que acumuló 107 victorias, 87 de ellas por nocaut.
Fue reconocido en su momento por su pegada, su poderoso gancho al hígado. También por el incesante presión a sus oponentes y una mandíbula extremadamente resistente.