La maestra Miriam Jiménez esperaba al menos cinco de sus alumnos en este segundo día de regreso a clases presenciales en la primaria ‘Leona Vicario’, pero únicamente llegó Ximena, una pequeña que entró nerviosa al salón vacío, alrededor de las 8:00 de la mañana.
Para animarla, la docente prendió su celular con la canción infantil ‘un elefante se balanceaba’, y juntas, las dos, comenzaron a cantar y a bailar. “Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña, como veía que resistía, fue a llamar a otro elefante (…)”. De paso, fueron recordando los números, justo hoy 31 de agosto, que la clase está hecha para repasar matemáticas.
Lee: Siete de cada 10 estudiantes en Puebla no regresaron a clases presenciales: SNTE 51 (FOTOS y VIDEO)
En un inicio, la pequeña se mostró tímida pero después, entró en confianza.
Teniendo toda la atención de esta maestra de primer año de primaria, Ximena comenzó después con sus actividades de sumas y restas con figuras. Así, las fue contestando, un repaso de lo que se le olvidó durante el año de confinamiento a causa del Coronavirus.
Recomendamos: “Lo traje contra mi voluntad”: papá de niño del Cenhch en segundo día de regreso a clases (FOTOS y EN VIVO)
En entrevista con MTPNoticias, la educadora dijo confiar en que en el mes de septiembre se sumen más alumnos a las clases presenciales, pues para ella es triste ver su salón semivacío en esta nueva normalidad en la que, aunque estén únicamente las dos, deben usar cubrebocas y en sana distancia.
“Me sentí confundido cuando nos mandaron a casa”
En los salones de quinto año de primaria que recorrió MTPNoticias, el panorama era un poco mejor. Al menos, había más estudiantes.
La primera actividad del día fue dar a conocer las emociones a través de un Emoji, la que se haya sentido al momento de que los mandaron a casa por los casos registrados de Covid-19 y el sentir de ahora de regresar a las aulas.
“Me sentí enojada porque tenía que alejarme de todos mis amigos. Después, fue avanzando la enfermedad y me sentí feliz ya que estuve con mi hermanita, ya podía convivir más con mis amigos, y ahorita, ya puedo regresar a clases”, dijo al pasar a exponer una de las alumnas, quien a duras penas se le ven los ojos, pues aparte de llevar doble cubrebocas, la menor usó careta.
Así, cada uno de los diez estudiantes de este salón pasaron a externar su sentir con esta nueva normalidad. La mayoría coincidió en sentirse feliz y emocionado por estar de vuelta a las aulas, y que encerrarse en casa solo les causó confusión y enojo.
Las canchas fueron reabiertas. Lucen deterioradas por falta de uso y por la propia humedad de las últimas semanas.
A diferencia de otros años, en esta ocasión no hay niños jugando con la pelota. Los maestros lo han prohibido para evitar contacto físico, por el miedo a registrar contagios de Covid-19, pues con un caso que se dé, estarían obligado a mandar a todos los menores a catorcena.