La reforma al Poder Judicial de Puebla que plantea el gobernador Miguel Barbosa Huerta termina con los magistrados vitalicios, además que los legisladores podrán destituir en cualquier momento a quienes incurran en actos de corrupción, conflictos de interés o en alguna otra ilegalidad en el ejercicio de sus funciones.
En el artículo 86, se plantea que los magistrados y consejeros de la Judicatura podrán ser removidos de sus cargos por mayoría calificada de dos terceras partes de los legisladores –al igual que como fueron designados– un procedimiento que se debe iniciar a petición ciudadana.
“Este procedimiento podrá iniciar por acción ciudadana de destitución y será independiente al juicio político previsto en esta Constitución”, se cita en el párrafo que habla de los cambios en el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla.
Estas remociones se podrán dar “por denegación grave de justicia, incumplimiento doloso a los supuestos de impedimento judicial o por haber incurrido en violaciones a las reglas de conflicto de interés”.
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Este planteamiento se da en medio de señalamientos contra magistrados y jueces locales quienes presuntamente han estado inmiscuidos en conflicto de intereses, beneficiando a nombre de la justicia a sus amigos o familiares, como el caso de Miriam, cuya expareja –Ramón- denunciado por violación en agravio de su hija mayor y de haberla embarazado, quedó libre por el juez de Huauchinango, Lucio León, pues el hermano del imputado también es administrador de justicia.
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Ahora, lo que busca Barbosa Huerta es que se garantice la impartición de justicia y no se den más tráficos de influencias.
Reforma al Poder Judicial también acaba con magistrados vitalicios
En el documento de 42 hojas al que tuvo acceso MTP Noticias, también plantea acabar con los privilegios en el Poder Judicial como las magistraturas vitalicias o de tener en la nómina a los familiares como ha ocurrido en Puebla y a nivel nacional.
Ahora, los magistrados solo podrán gozar de este cargo durante 15 años.
“Los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, de la Sala Constitucional y del Tribunal de Justicia Administrativa durarán en su encargo quince años improrrogables. Su nombramiento corresponderá al Congreso del Estado por mayoría calificada de dos terceras partes de los miembros presentes, a propuesta del Gobernador del Estado”, se especifica en este apartado.
En caso de que el Poder Legislativo no resuelva sobre el nombramiento correspondiente en el plazo de treinta días, contados a partir de que reciba la propuesta, se tendrá por aprobada.
Esto de acabar con los cargos vitalicios lo había adelantado en diciembre del 2019 Barbosa Huerta frente a los magistrados del Tribunal Superior de Justicia.
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“Con mucho respeto les digo a los señores magistrados que no pueden ser magistrados de por vida. Tienen que ser como los ministros de la Suprema Corte por un periodo. No puede haber cargos por siempre. Tiene que haber funciones públicas por plazos determinados”, externó en ese entonces
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Adiós a la reelección del presidente del Poder Judicial
Otro de los puntos importantes que forma parte de esta reforma es que se acaba con la reelección del presidente del Poder Judicial como ocurrió con Héctor Sánchez en enero de 2021 cuando fue reelegido por un periodo de cuatro años más frente el cargo.
En el caso de Sánchez Sánchez quien termina su periodo en enero de 2025, hay versiones extraoficiales en que será removido antes, pues una vez que entre en vigor este paquete de iniciativas, los diputados locales podrían removerlo del cargo.
“El Pleno del Tribunal Superior de Justicia nombrará a su presidente, de entre sus integrantes, por un periodo improrrogable de cuatro años. En ningún caso la persona que presida el Tribunal Superior de Justicia podrá integrar ni presidir el Consejo de la Judicatura”, cita la reforma de ley.
La creación de una Sala Constitucional y su alcance
En la nueva era del Poder Judicial que plantea Barbosa Huerta, contará con una Sala Constitucional de carácter permanente, adscrita al Poder Judicial del Estado, “orgánicamente independiente del Tribunal Superior de Justicia, con autonomía de jurisdicción para la resolución de los asuntos de su competencia, a la que corresponde la interpretación, defensa y garantía jurisdiccional de la constitución poblana y de los derechos humanos reconocidos en el ordenamiento jurídico estatal”.
Esta sala se integrará por cinco magistrados quienes se encargarán de revocar y revisar las sentencias. El primero procede en contra de los acuerdos generales que emita el Consejo de la Judicatura, mientras que el segundo tendrá por objeto los actos de adscripción y remoción de Jueces, así como la remoción de magistrados en los supuestos que prevea la ley.
“Estos recursos están diseñados para garantizar la autonomía e independencia de los magistrados y jueces en la medida en la que introducen un medio efectivo de defensa frente a las decisiones del Consejo de la Judicatura, órgano en el que se deposita el gobierno judicial, que afectan la administración y, en particular, a la carrera judicial”, se lee en la justificación.
Algunas claves de la reforma al Poder Judicial
- Los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, de la Sala Constitucional y del Tribunal de Justicia Administrativa durarán en su encargo 15 años improrrogables, terminando así con el modelo vitalicio.
- El Congreso podrá destituir a magistrados y consejeros por denegación grave de justicia, incumplimiento doloso a los supuestos de impedimento judicial o por haber incurrido en violaciones a las reglas de conflicto de interés, la cual deberá ser validada por la mayoría calificada por los diputados locales.
- Se plantea la creación de la Sala Constitucional. Se integrará por cinco magistrados, quienes se encargarán de dos procedimientos: revocación y revisión.
- Los magistrados, consejeros de la judicatura y jueces tendrán prohibido reunirse con las partes, sus representantes o apoderados fuera de los recintos o diligencias judiciales para tratar los asuntos jurisdiccionales en los que participen. Se establecerán reglas de contacto entre consejeros y magistrados.
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