Antes de que saliera el sol, excolaboradores cercanos a los exgobernadores Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso llegaron al predio en Santa María Coronango en donde hace un año se desplomó el helicóptero en el que viajaban.
Una porra “a la vio a la bao, a la bin bom ba, el jefe, el jefe, la señora, la señora”, se escuchó al término de un Padre Nuestro y un Ave María por el descanso de la pareja panista y de las otras tres personas que también perdieron la vida ese 24 de diciembre del 2018.
Un día antes, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) descartó un atentado contra los políticos aunque no ha aclarado qué ocasionó estas muertes, la caída de la aeronave.
“Cuando pase el tiempo de nuestra generación, no seremos recordados por lo difícil de los retos que enfrentamos o por nuestras palabras sino por el valor de nuestras acciones”, se lee en una lona enorme blanca que fue colocada en el centro de las flores, misma leyenda que lleva la nueva cruz.
Fue el domingo cuando este mismo grupo de personas acudieron a limpiar el terreno en el municipio de Coronango y desde las primeras horas de este martes, arribaron con docenas de Flores y coronas como una forma de recordar a los líderes del grupo morenovallista que, tras estas muertes, fue desapareciendo.
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