Con los resultados del 2 de junio en Puebla, el PAN se oxigenó y libró su etapa terminal.
Si bien, apenas un año atrás era el partido vencedor de todas las contiendas, hasta de las más reñidas. Hoy, el panismo se conforma con ser oposición y se justifica con haber ganado el primer lugar en la zona metropolitana.
Y por eso, al ser la capital, el premio de consolación que les dejó la pasada jornada electoral, se convierte entonces en la codicia de todos los grupos albiazules: aquellos quienes van a misa todos los domingos, los que siguen llorando la muerte de los Morenovalle, los que se quedaron sin sus fueros y los que creen que ya los recuperaron.
Con la renovación de los comités municipales en todo el Estado, el de Puebla capital recobra singular importancia, porque el grupo que logre hacerse de la silla que dejará vacante Pablo Rodríguez Regordosa se encamina a convertirse en el nuevo líder de un grupo político, que tendría la opción de recobrar el poder con el que alguna vez contó, cuando Rafael Moreno Valle se convirtió en el mandamás.
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Hasta el momento, las opciones que han levantado la mano son cinco, pero se reducen a tres: Jesús Zaldívar, Eduardo Alcantara y Fernando Sarur.
El que más posibilidades tiene de convertirse en el jefe de los panistas en la capital es Jesús Zaldivar ex diputado federal y aunque perdió en el proceso del 2018, ha mostrado lealtad al partido y ha probado ser eficaz mediador entre el yunque, los puristas y lo que queda del morenovallismo.
Por otro lado, Eduardo Alcantara representa al yunque y es fiel escudero de Eduardo Rivera, de hecho es carta del ex edil.
Alcantara no cae bien en todos los círculos del panismo, pero trabaja en la construcción de alianzas. Por eso, el pasado viernes, por la tarde, se reunió con Humberto “El Tigre” Aguliar y dejaron en claro que no tenían deudas morales con ningún grupo.
Y en el caso de Fernando Sarur, se dice es el delfín de Pablo Rodriguez y por eso, ya tiene medio punto menos.
Si bien es un hombre inteligente, no cuenta con el liderazgo suficiente para tomar las riendas del panismo capitalino, que hoy mas que nunca requiere de una dirigencia critica pero sobre todo pensante e incluyente.
Detrás de esta decisión esta el diputado Oswaldo Jimenez, el único actor que logró cumplir con el compromiso de sumar mayor numero de votos de todos los distritos del municipio de Puebla, el pasado dos de junio, cumpliendo un acuerdo existente desde campaña, por parte de la dirigencia nacional: que aquellos quienes lograran sus objetivos, tendrían pase directo para ser candidatos en el próximo proceso, en este caso el de 2021.
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Quiere decir, que el joven legislador ya trabaja para convertirse en candidato y ser el sucesor de Claudia Rivera; no la tiene difícil porque seguro será una silla pequeña la que dejará la inexperta alcaldesa.