Han pasado ocho años desde que Moisés -un médico legista de profesión- asesinó, descuartizó y calcinó a su esposa Olga Nayeli, una estudiante de lenguas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Una niña de ese entonces 3 años de edad, Sara, quedó en orfandad. Al principio la custodia se la otorgaron a los papás del presunto feminicida, y después de una batalla legal, doña Argelia, mamá de Olga, consiguió una custodia compartida para poder ver a la menor casi un año después de aquel 9 de junio de 2014.
Casos como este hay muchos en Puebla y en México desde hace años atrás, pero tuvieron que matar a la abogada Cecilia Monzón, y que su caso llamara la atención internacional, para que una diputada, Mónica Silva, se inspirara en una reforma de ley que permita suspender la guardia y custodia de los hijos al papá cuando este sea vinculado a proceso por haber asesinado a la mamá. Y en caso de ser sentenciado, quitarle en forma definitiva ese derecho.
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Esta iniciativa es importantísima porque es el inicio de dejar de invisibilizar a las otras víctimas de feminicidio en Puebla.
¿Quién se preocupaba de qué iba a pasar con los hijos de las víctimas?
En la mayoría de los casos, únicamente los abuelos maternos.
En este caso que se propone específicamente en el hecho de que el papá sea el feminicida, lo justo es alejar a los hijos de ese círculo de donde proviene el asesino, ya que, en varios casos, hay familiares que son cómplices como en el caso de Olga Nayeli.
La familia de esta víctima de feminicidio, están peleando la custodia completa de Sara al considerar que estará mejor con ellos. Y es que según lo que han denunciado, el papá de Moisés fue señalado como cómplice del homicidio de Olga Nayeli, ya que, en su declaración, dijo que su padre lo había ayudado a limpiar la escena del crimen.
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Es decir, a pesar de esto, los jueces determinaron en su momento que el presunto cómplice de Moisés tenía el derecho de tener la custodia de la niña.
Doña Argelia –mamá de Olga Nayeli– ha recurrido en múltiples ocasiones al Tribunal Superior de Justicia de Puebla para que le concedan la patria potestad exclusiva de Sara, pero esto no ha sido posible porque a ocho años de ese feminicidio, Moisés tampoco ha sido sentenciado.
Ojalá que otros diputados comiencen a legislar en la materia, para dar certidumbre a las otras víctimas de feminicidio en Puebla, pues a pesar de que existe la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres en 50 municipios de la entidad, nadie se ha ocupado en buscar cómo proteger a los hijos de las víctimas, hasta ahora que Mónica Silva está asumiendo el tema.
Eso, después de que generara polémica que el político expriista Javier López Zavala seguía teniendo la custodia del hijo que procreó con Cecilia Monzón, a pesar de que ya había sido vinculado a proceso por su feminicidio, pues se le acusa de ser el autor material del asesinato de la activista el pasado 21 de mayo en el municipio de San Pedro Cholula.
