Cuando no son los propietarios de predios que se sienten invadidos, son los compradores de lotes y casas en las más exclusivas zonas residenciales trazadas y comercializadas por Grupo Proyecta.
Este fin de semana, residentes del clúster San Marino en Lomas de Angelópolis 2, en el municipio de Santa Clara Ocoyucan, expresaron su furia contra los empresarios inmobiliarios.
En uno de los muros del clúster colocaron lonas para exhibir que, a un año de la compra de espacios, la zona residencial no tiene agua ni luz.
Hace un año, cuando pusieron a la venta los espacios en San Marino, Grupo Proyecta pintó todo de color de rosa a las familias interesadas en mudarse a vivir a este lugar.
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Poco faltó para hacer creer a los interesados que esto es el mismísimo paraíso. Aunque zona ‘fifí’ sí puede que lo sea.
No solo no hay agua ni luz, hay techos con filtraciones de agua que el Grupo Proyecta se niega a reparar, según se lee en las mantas de los inconformes.
Y lo que puede ser peor, los compradores se quejan de que los empresarios se negaron a concluir los trámites oficiales para garantizar los servicios en San Marino.
Las quejas contra Grupo Proyecta no son nuevas, desde hace casi dos décadas las hay. Estas comenzaron en San Andrés Cholula.
Esto sucedió cuando habitantes y campesinos de las juntas auxiliares de San Antonio Cacalotepec y Tlaxcalancingo denunciaron amenazas y acoso para verse obligados a vender sus tierras a precios miserables.
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Incluso, hubo bloqueos en las lateras de la autopista a Atlixco, para inconformarse en contra de alcaldes en turno de San Andrés Cholula, por autorizar los permisos de construcción a la inmobiliaria.
Tras el crecimiento urbano, los desarrollos se han ido hacia Santa Clara Ocoyucan, donde familias compran lo que consideran pudiera ser su mejor inversión.
Algunos recurren a créditos bancarios, a pagar en décadas, para hacerse de un patrimonio. Que se encuentren con clústeres sin luz y agua, problema que no les quieren resolver un año después de la compra, no tiene precio.