Con las detenciones de Francisco Romero y Guillermo Aréchiga en un lapso de cuatro días, están que se comen las uñas de miedo decenas de morenovallistas, galicistas, morenistas, esparcistas y todo lo que acabe en ‘istas’.
Saben cuáles fueron sus travesuras a su paso por la administración pública, las cuales derivaron en denuncias penales en su contra.
No solo tienen escondida la cabeza, sino el cuerpo entero en algún escondite en cualquier parte de México o en el mejor de los casos en el extranjero: Estados Unidos o Canadá.
En esa situación están un sinfín de políticos, cómo quienes: José Juan Espinosa, Jorge Benito Cruz, Xabier Albizuri, Carlos Morales, Raciel López y sus chiapanecos.
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Si bien en 2022 hay elecciones extraordinarias en tres municipios pequeños, no hay nada en juego verdaderamente importante: llámese Congreso, gubernatura o alcaldía de Puebla.
Sin ser netamente un año electoral, en este 2022 cayeron dos que llegaron con la 4T a Puebla, pero que por sus ambiciones dejaron un cochinero sus áreas.
El caso más evidente es el de Guillermo Aréchiga, investigado por la venta ilegal de concesiones de transporte público. Este negociazo lo hizo a espaldas del gobernador Miguel Barbosa, quien cuando se enteró, no dudó en correrlo y ordenar una investigación en su contra.
Así que si el gobernador no protegió a quienes llegaron con la 4T, como Guillermo Aréchiga y Francisco Romero, tampoco lo hará con políticos corruptos de otras administraciones.
Léase el caso de Alfonso Esparza, investigado por lavado de dinero en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quien está lleno de implicados a su paso por la institución, donde se usaron empresas fantasma para desviar recursos.
Alguien se pregunta ¿dónde está el JJ? Este político que hizo compadre a Mario Marín y chantajeó a su gusto a Rafael Moreno Valle y a Antonio Gali, sigue escondido, después de que huyó de México en enero de 2021.
Nunca antes había estado tanto tiempo escondido y callado, hasta sus tuits callaron. Se acabaron sus transmisiones en redes sociales. Bien sabe por lo que es investigado, por lo que alguien de los suyos le sugirió quedarse calladito.
Todas estas detenciones se esperaban en el año 2021, que fue electoral. Pero no las hubo, sino hasta después de los comicios. Y lo que nos falta por ver. Los que seguirán temblando de miedo son los políticos corruptos.