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Un rector chillón y su estrategia

Columna

Ojalá así como el rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Alfonso Esparza se escuda de los universitarios ahora que tiene tres denuncias en contra así les hubiera repartido los más de mil millones de pesos que presuntamente desvío a través de facturas falsas.

 

Y es que ahora que siente el agua en el cuello busca a toda costa salvarse, agarrándose de quien sea, tirándose al piso y haciendo berrinche para que alguien lo escuche.

 

Los universitarios son muy inteligentes y seguramente no caerán en su juego de querer meterlos en el mismo costal, pues deben hacer consciencia en que no se enriquecieron junto con él, a excepción de que estén enterados de sus enjuagues y se hayan prestado como sus prestanombres como Ángeles Marreros y Jorge Alberto Torres, dos supuestos cómplices que ya están en la cárcel.

 

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Sería muy grave en que los estudiantes fueran chantajeados y amenazados por la rectoría para salir a la defensa de Esparza Ortiz, aunque desde ahora la BUAP está en una situación delicada por la estafa maestra que, según la Auditoría Superior del Estado (ASE), ha cometido Esparza Ortiz en detrimento de la propia comunidad universitaria.

 

Sí, de ese mismo grupo de universitarios de los que ahora el rector no se quiere soltar para no hundirse solo. Pero repito, no pensó en ellos cuando, por ejemplo, lavó 257.4 millones de la máxima casa de estudios a través de 126 empresas fantasmas, investigadas por el Sistema de Administración Tributaria (SAT), tal como documentó MTPNoticias en su edición del 6 de octubre pasado.

 

Esparza Ortiz debería de aprenderle algo a José Juan Espinosa Torres, quien está en su misma situación –investigado por presuntos actos de corrupción– y solicitar licencia a su cargo como rector para enfrentar las denuncias que existen en su contra.

 

Si tanto alega que es un hombre honesto y que no ha desviado ni un peso de la BUAP, debe enfrentar la ley como cualquier ciudadano, pues debe tener esas pruebas que comprueben su inocencia.

 

¿A qué le tiene miedo?

 

Su esperanza es que, quien presume como su “gran amiga”, Beatriz Gutiérrez Müller –esposa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador– interceda por él y limpien su expediente a través de la Secretaría de Gobernación que encabeza Olga Sánchez Cordero.

 

La duda es si Gutiérrez Müller se convertirá en su cómplice en enfocar a un lado político las tres investigaciones que existen en su contra, en protegerlo en tiempos de la “cuarta transformación”, en donde tanto se pregona en que no hay tolerancia a la corrupción ni a las prácticas del pasado.

 

Ya veremos y diremos…

 

Por Elvia Cruz/ @cruz_elvia

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