En un tuit el fin de semana, resumí lo que creo en torno a los dimes y diretes que han arreciado en los últimos días en Puebla entre los punteros a la gubernatura y sus colaboradores.
En este y en cualquier otro momento, ningún político o nivel de gobierno tiene calidad moral para echar culpa a otra instancia ante la inseguridad que se vive en la entidad, porque todos son corresponsables de cómo ha escalado y lo menos que les queda hacer es uso político de este tema para atacarse mutuamente.
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En esta politiquería en la que les gusta tanto nadar a los políticos, quedan en medio los ciudadanos, quienes lo único que buscan y esperan es vivir en paz. A ellos no les importa quién gobierna, sino que les garanticen seguridad.
Y es que después del tiradero de siete cadáveres, cinco de ellos decapitados, en el Periférico Ecológico el pasado viernes cinco de abril, el presidente de la capital, Adán Domínguez, salió a reconocer parte de su responsabilidad como edil, pero también pidió que los morenistas (sin mencionarlos) admitan que esto forma parte de las repercusiones que tiene el hecho de haber quitado el Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg) a los municipios.
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Sí, tiene razón que la federación en lugar de apoyar a los gobiernos municipales les quitó dinero, y que su estrategia de “abrazos no balazos” no funciona, pero también es momento que revise que su plan de combate a la violencia en la capital tampoco funciona.
Por el otro lado, los voceros de la campaña del candidato Alejandro Armenta salen a responsabilizar al abanderado del PAN, Eduardo Rivera Pérez, por esta violencia, pues hasta diciembre de 2023, estaba gobernando en su segundo periodo el municipio de Puebla.
También tienen razón en la corresponsabilidad que tiene el panista, ya que durante su periodo también se registraron ejecuciones en las juntas auxiliares y ni qué decir en los mercados, pero tampoco se atreven a cuestionar la estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Además, por más que el gobernador Sergio Salomón Céspedes hizo un llamado a todos a no utilizar el tema de la inseguridad en estas campañas políticas, no entendieron. Siguen escupiendo hacia arriba.
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Todos ellos saben que no tienen la calidad moral para utilizar este tema como bandera política pero como lo único que les importa es ganar la elección del 2 de junio, lo seguirán haciendo. Tanto de un lado como de otro.
Incluso este ocho de abril, Eduardo Rivera salió a deslindarse y a responsabilizar a la federación por quitar el Fortaseg.
La realidad es que mientras ellos se siguen echando la bolita, los únicos que quedan en medio, con el miedo de que los asalnten en cualquier momento, desaparecidos o víctimas de otro delito, son los ciudadanos.
Todos son corresponsables de la inseguridad: sí, Claudia Sheinbaum ganó el debate
Aunque a muchos les duela reconocerlo, sí, Claudia Sheinbaum ganó el debate y el postdebate presidencial.
Xóchitl Gálvez perdió una gran oportunidad para demostrar el porqué los mexicanos deben votar por ella y que representa una vía de esperanza.
Ya veremos el papel de cada una en los siguientes dos encuentros que faltan, aunque dudo mucho que a estas alturas, eso mueva el tablero de con quién jugarán los electores el próximo 2 de junio.
