Claro que este 2 de marzo, los legisladores de Puebla hicieron historia al aprobar por unanimidad la Ley Monzón y la Ley Ácida o Ley Malena, con lo que nos reafirmaron que era solo cuestión de voluntad política para que avanzaran estas iniciativas, propuestas desde mediados del 2022.
También sabemos que lo hicieron porque está cerca el 8M, Día Internacional de la Mujer, fecha en la que las feministas (y no feministas) salen a marchar para exigir un freno a la violencia machista, y recibirían reclamos por mantener las propuestas en la congeladora.
Sin embargo, que no se les olvide que aún les queda un gran pendiente: la legalización del aborto pues aunque desde septiembre del 2021, la Suprema Corte declaró inconstitucional encarcelar a mujeres que decidan sobre su cuerpo, en Puebla, no ha habido disposición para abordar el tema.
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Exlegisladoras como Rocío García Olmedo del PRI y Estefanía Rodríguez de Morena, presentaron iniciativas para que de una vez por todas, el aborto sea legal y seguro, pero aún pesa lo que algunos llaman “moral”, sus creencias religiosas y demás telarañas que no ha dado paso el debate del tema en tribuna.
Esperamos que con el gran paso que dieron para legislar en suspender o quitar definitivamente la patria potestad a padres feminicidas ( la Ley Monzón) y en tipificar como tentativa de feminicidio el ataque con ácido para castigarlo hasta con 40 años de prisión, sea el inicio para que se sigan poniendo de acuerdo en avalar leyes que protejan y hagan un poquito de justicia a las mujeres.
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¿Por qué evitaron que Ley Ácida se llamara Ley Malena?
Seguramente usted lector (común) ha leído que algunos hablan de la Ley Ácida y otros, de la Ley Malena que es la misma y que tiene que ver con castigar por tentativa de feminicidio con 40 años de prisión a quien ataque con ácido a una mujer y ya no solamente juzgar este delito como lesiones dolosas.
Lo que pasa es que, hay que decirlo, la falta de sororidad entre las propias activistas, víctimas de estos ataques, impidió que la ley fuera nombrada legalmente como Ley Malena, en honor a María Elena Ríos, una joven saxofonista que fue atacada el 9 de septiembre de 2019 en su casa en Huajuapan de León, Oaxaca por Juan Antonio Vera, hijo del presunto autor intelectual, Juan Antonio Vera Carrizal, expareja de la agredida.
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La justificación que los opositores dieron es que “es una oaxaqueña” y la iniciativa al menos debía tener el nombre u apellido de una poblana. Sí, con esa discriminación trataron a la talentosa joven, quien a través de la diputada panista, Aurora Sierra participó activamente en la integración de esta propuesta.
Incluso fue petición de ella para que se tipificara como tentativa de feminicidio, por eso no solo es injusto la forma en la que fue tratada por el resto de los diputados locales, principalmente por el priista Néstor Camarillo y las activistas con las que él trabajó su iniciativa.
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Malena -como la llaman de cariño- se ha convertido en un ícono de lucha nacional, y a pesar de que se impidió desde el Congreso de Puebla que la Ley Ácida fuera denominada con su nombre, está tomando fuerza, y es a ella a quien han recurrido medios nacionales para hablar sobre este tema.
Con los jaloneos que se dieron (y se siguen dando ) entorno a esta nueva ley, nos deja claro que hasta entre las víctima hay falta de sororidad y de falta de acuerdos. Qué tristeza. María Elena Ríos, saxofonista atacada con ácido, pide no votar por agresores de mujeres
