Elvia Cruz/ @cruz_elvia
Se le vio sonriente, lleno de paz y felicidad desde que llegó a un hotel de la Ciudad de México en donde se dieron los resultados de la encuesta de Morena.
Miguel Barbosa siempre estuvo seguro que era imposible que le ganaran en la interna. Tampoco lo iba a permitir.
Ahora menos que nunca. Ahora cuando el morenovallismo ya no existe que era su único (y gran) obstáculo.
Ahora que la encuestas dan como ganadora a Morena hasta con el 50 por ciento de las preferencias electorales.
Tiene el camino libre. El proceso electoral será por mero trámite.
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Se enfrenta con un economista (Enrique Cárdenas) que no sabe cómo ganar una elección, porque ya vimos que no es lo mismo criticar desde un papel de activista que operar.
La candidatura de Alberto Jiménez Merino del PRI tampoco le quita el sueño. Si bien es un perfil de la cultura del esfuerzo, difícilmente puede repuntar del tercer lugar con un partido manchado de corrupción.
Entonces, Barbosa ya es el gobernador.
La verdadera elección se dio la noche de lunes y parte de la madrugada del martes.
Alejandro Armenta Mier lo sabe, por eso la frustración de perder lo que pudo haber conseguido fácil si él hubiera sido el elegido.
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Fue Barbosa. No podía ser de otra manera.
Fuentes de Presidencia aseguran que el presidente Andrés Manuel López Obrador siempre simpatizó con la idea de que Barbosa debía repetir porque le “robaron” la elección el 1 de julio del 2018.
López Obrador se lo dijo una vez a Yeidckol Polevnsky, líder nacional del Partido, que sería una canallada sino se siguiera la tradición en Morena: dar otras oportunidades a quien le hagan fraude como a él en la elección presidencial del 2006.
De ahí se agarró Yeidckol para empeñarse en que nadie más se debía entrometer en la designación del candidato, además que Barbosa era el más conocido.
Y cómo no si viene de una elección y de un conflicto postelectoral que acabó apenas el 8 de diciembre pasado.
Es el tiempo de la izquierda en Puebla, el tiempo de Miguel Barbosa.
Hay que esperar ver cómo será esa “cuarta transformación” en Puebla.