Las reuniones del adiós por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador empiezan este martes 30 de abril, Día del Niño y la Niña.
Aunque él termina su sexenio en octubre, en medio año, adelantó un encuentro con los diputados federales de Morena, bancada encabezada por el poblano Ignacio Mier y sus aliados para agradecerles haber levantado la mano a todos sus iniciativas sin chistar, pues la actual legislatura termina su periodo en agosto.
Es decir, están en sus últimos meses de “trabajo”, de levantar el dedo para aprobarle todas sus reformas por más que vayan en detrimento de los mexicanos como la de los Afores.
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A Mier le avisaron de este encuentro desde la semana pasada y este lunes 29 de abril invitaron a los demás para que acudan a Palacio Nacional en la noche, después de la sesión que tienen.
A todos les pidieron no llevar teléfonos celulares, mucho menos acompañantes, pero sí su credencial que los acredite como legisladores para que puedan entrar.
Según cuentan algunos que ya se preparan para este encuentro, tiene mucho tiempo que López Obrador no se reúne con ellos, pues si mucho le contesta el teléfono a Mier.
Van por las últimas líneas que les dará su líder máximo antes de irse, algunos, porque otros como Mier, únicamente cambiarán de cámara, pues pasarán al Senado.
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Según los propios morenistas, López Obrador solo se reunirá con las bancadas aliadas, así es que los panistas, perredistas, emecistas, se van olvidando en que podrán despedirse de él personalmente antes de irse, y menos en este momento de periodo electoral en el que la oposición y Morena se dan con todo.
El presidente estará este 5 de mayo, en el desfile conmemorativo al 162 aniversario de la batalla de Puebla, pero ahí no será el adiós ya que antes de entregar la banda presidencial, según lo que ha dicho, regresará al menos veces más.
El cinismo de los caciques Rivera en Chignahuapan
Dicen que para ser político, hay que ser cínico, pero hay algunos que se pasan.
Chignahuapan es ejemplo de un municipio en donde ha gobernado una sola familia: los Rivera.
Aparte del cacicazgo que han entablado, también dejan crecer la inseguridad en la zona, en donde grupos criminales se pasean como en su casa.
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Han quedado evidenciados en varias ocasiones y lo único que han hecho es lavarse las manos y agachar la cabeza un ratito, pero el colmo es lo que ocurrió la madrugada del domingo 28 de abril cuando a cuatro policías estatales los asesinó un grupo armado y sus compañeros lograron abatir a otros cuatro.
En total, en un ratito de balacera hubo ocho muertos.
Fue entonces que el ayuntamiento pidió “auxilio” al gobierno estatal y federación, cuando en todo el gobierno que llevaba Lorenzo Rivera junior, nunca quiso participar en una reunión de seguridad, según lo que evidenció el propio gobernador Sergio Salomón Céspedes quien le recordó que “omisión también es delito”.
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¿Apoco los Rivera no sabían qué grupos criminales operan en su municipio y ahora se “espantaron” después de la emboscada a los policías del estado?
¿Con qué cara Lorenzo Rivera Sosa, el papá de Rivera Nava, anda pidiendo el voto para volver a “gobernar” Chignahuapan cuando su familia es responsable que esté hundido en la inseguridad?
Chignahuapan está en el poder de esta familia de caciques desde 1979 cuando gobernó Humberto Rivera Bonilla. De ahí, se fueron heredando el poder, sin que se vea que hagan algo realmente por los habitantes
¡Pobre Chignahuapan!