Al igual que el expresidente Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Armenta asegura que se irá a ‘La Chingadita’ al término de su sexenio como gobernador de Puebla.
A pregunta expresa sobre su futuro político en 2030, pues se ha mencionado su nombre como presidenciable, el político aseguró que no tiene mayores aspiraciones más que terminar su administración, con lo que tanto soñó desde hace al menos 15 años.
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“Cuando termine mi cargo, igual que el presidente, me voy a ir a ‘La Chingadita’ a trabajar porque me gusta el campo, yo trabajo el campo desde los 14 años, tengo conocimientos por campesinos que me enseñaron a trabajar”, aseguró.
Explicó que este rancho es de su esposa que se ubica en Acatzingo, de donde es originaria ella, y que él le pidió permitirle bautizarla como ‘La Chingadita’, inspirado en el nombre de la hacienda del expresidente López Obrador en Palenque, Chiapas.
¿Por qué Armenta se quiere ir a ‘La Chingadita’ al término de su sexenio?
Armenta reconoce que le preguntan sobre su futuro político, debido a que es joven y a todos les dice que él solo aspira seguir caminando tranquilamente en las calles de Puebla al final de su mandato.
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Dijo que quisiera disfrutar primero su gobierno, después, más tiempo en familia o a sus nietos —que no tiene pero espera tener—.
Su vida política inició desde 1994 cuando fue presidente del municipio que lo vio crecer, Acatzingo, y desde entonces, ha sido diputado local, director del DIF estatal; secretario de Desarrollo Social, diputado federal y recientemente senador de la República en donde fue presidente de la Mesa Directiva.
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Eso, sin contar los cargos partidistas que ha tenido, razón por la que dijo, ha hecho lo que ha querido y está satisfecho con eso.
“Y ahora gobernador, que soñé con esta responsabilidad desde hace más de quince años y me dediqué a trabajar, a trabajar a trabajar, sin decir nada, caminar y caminar, por eso, tengo operadas mis dos rodillas, hago deporte pero también por caminar”, dijo al hacer una remembranza de su historial político.
Armenta nació en Izúcar de Matamoros pero desde los nueve años se fue con su mamá a Acatzingo de donde era originaria ella y al fallecer, él quedó bajo el cuidado de su abuelita “Cholita”, quien asegura, le dejó como enseñananza de vida que le ha servido siempre: ser útil, acomedido y agradecido.