Maximiliano se salvó de ser tragado por el socavón, pues cuando pretendía acudir a quitar la hierba de su terreno, decidió quedarse en casa debido a que su familia preparaba una comida para celebrar el cumpleaños 91 de su padre.
“Afortunadamente el sábado no fui y no vi nada gracias a Dios. A lo mejor me haya pasado algo y no estuve en ese momento (…) Yo pienso que es un milagro al no haber ido, porque ese pedazo que se hundió del terreno es lo único que me faltaba de desenhierbar y pudo haber sucedido lo que no”, relató la tarde del jueves a MTPNoticias.
Maximiliano Flores es propietario del predio ubicado en la parte trasera de la casa de Magdalena y Heriberto en la junta auxiliar de Santa María Zacatepec en el municipio de Juan C. Bonilla, donde la tarde del pasado sábado se hundió la tierra.
El sábado su esposa le dijo que se quedara en casa y así ocurrió, celebraron en familia el cumpleaños de su padre, don Trinidad Flores.
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El hombre de 44 años de edad y su esposa Beatriz, agradecen al creador que ese día no haya ido a trabajar porque hubiera ocurrido una tragedia. Sin embargo lamentan que ese fenómeno natural los haya dejado sin el patrimonio de sus hijos, alimento y su única fuente de ingresos.
Contó que el terreno de más de 380 metros de largo, del cual no recordó el ancho, les daría para comer lo que resta el año. Pues sembraron maíz y frijol, lo cual les iba a permitir elaborar diariamente sus tortillas y sus frijoles.
“Nos da para las tortillas y comer diario. Aveces nos hacía falta dinero, salgo y ofrezco un poco de frijol y aunquesea obtengo 50 pesos”, relató Beatriz.
Este matrimonio tiene cuatro hijos, el mayor de 19 años quien incluso ya tiene esposa. Después le sigue una joven de 17, otra de 13 años y una de seis años de edad.
Se dicen preocupados porque a pesar de que han ido varias veces a preguntar en el campamento de Protección Civil y a los policías que mantienen acordonada la zona del socavón, solo les dicen que habrá información hasta que terminen las investigaciones en el terreno.
Maximiliano quiere recuperar la cosecha que quedó tras el hundimiento, pero su temor es que le expropien su terreno. Pidió a las autoridades que busquen a los dueños de los predios donde se formó el socavón, les den información y los apoyen.
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“Ayer llevé a mi hija la chiquita y veía a la gente y a los guardias pisar la milpita, su milpita. Y les gritaba que dejaran sus elotitos crecer, que no los pisaran. Pero todos pasaban y pisaban, no le hacían caso”, narró Maximiliano.
Mentira lo del olor a azufre, fue fumigación
Maximiliano aseguró que diario trabajaba su terreno y dos días antes de la formación del socavón (sábado 29 de mayo), fumigaron una milpa aledaña y eso desprendió un olor picoso y molesto.
“Es mentira que olía a azufre. No olió a eso, a lo mejor se confundieron. Yo iba diario y el viernes (28 de mayo) me regresé de allá a eso de la una, porque ya no aguantaba la picazón de los ojos y el olor, porque padezco de sinusitis y rinitis crónica”, recordó.
Al hombre se le inflamaron los senos paranasales y no podía respirar, por eso se retiró temprano de su terreno y solo le faltaba quitar la hierba en la parte donde inició el socavón, por lo que pretendía hacerlo al día siguiente.
Afortunadamente no acudió el sábado a terminar sus labores y hasta el domingo (30 de mayo) a las nueve de la mañana se enteró de un hundimiento, porque un vecino le llamó y le avisó.
