A las 8:00 de la mañana ya se veía que había una fila grande de personas de 30 años y más en el Centro Expositor de Puebla, la cual no llegaba más allá de la Plaza de Toros ‘El Relicario’.
La zona de Los Fuertes estaba tranquila, parecía que el inicio de la vacunación de los treintañeros sería una jornada como la anterior de mayores de 40 años, con gran afluencia, pero sin caos, pero fue una suposición apresurada.
A esa hora ya estaban formadas muchas personas, pues acudieron desde las 7:00 am para ser los primeros, y en el caso de los ambulantes vendedores de copias comenzaron a llegar a las 8:30 de la mañana.
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Dieron las 9:00 am e inició el desorden en la logística del horario conforme a la edad, las personas comenzaron a llegar de amontones y se tuvo que realizar como en la anterior vacunación, cuatro filas de personas en espera de ser vacunadas en forma de “víbora”, estas tenían una expresión de desvelados, unos con el cubrebocas abajo porque estaban comiendo una torta de tamal o tomando un atole, pues salieron corriendo de casa para ser uno de los primeros.
Las filas en las copiadoras ya era de más de 10 personas y ya había tres de ellas que estorbaban en el paso para ingresar al Centro Expositor, pues se colocaron justo a lado de las personas, empezando el caos.
Ahí se escuchó que unos chicos que forman parte del staff de vacunación le pidieron a la dueña del puesto de copias que se moviera, pues estaba haciendo aglomeraciones, pero las negativas que hacía con la cabeza que movía de lado a lado, demostró que pudo más su postura.
A un lado de la Plaza de Toros habían muchas personas esperando y una de ellas gritó al teléfono con el que sostenía una llamada: “¿De dónde voy a sacar aquí un pinche comprobante de vacunación?”, mientras que las personas que iban llegando al recinto decían sorprendidos “esto está atascado”.
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Encima de un camellón y buscando a una persona, Juan Flores de 58 años de edad gritaba a su celular: “estoy en la avenida Ocote, no te veo, ya salí, esto ya se salió de control, sí aquí te veo”, él llegó desde las 8:00 de la mañana al Centro Expositor horario en donde todavía estaba “tranquilito” y molesto dijo que la logística del lugar y la poca seguridad hizo que el recinto estuviera muy mal organizado, por lo que pidió más vigilancia en la zona, pues sin ella, ocurría ese desorden.
“Esta muy mal organizado, cada quien viene y se mete por donde quiere, ya no respetan el orden de la fila”, destacó.
Para las 10:00 de la mañana todo se salió de control, la gente que acudía en taxi, en Uber, en autobús o en auto propio comenzaron a hacer que la movilidad de la zona se tradujera en embotellamientos ante el peligro de ser atropellado.
Lo que provocó que las filas de personas se llenaran, al punto de llegar hasta la avenida Batallones de Zacapoaxtla con sentido a Calzada Zaragoza, donde hicieron doble hilera y ahí empezó a observarse que no existía un respeto por los lineamientos de la vacunación, pues ya había hasta adultos de 31 años.
Una mujer de 31 años de edad fue quien demostró cómo literalmente se cayó la tranquilidad en el centro de vacunación, pues al correr para no ser una de las que podría llegar hasta la calzada Ignacio Zaragoza, pisó una tapa de pintura fuera de una casa de la zona y se dobló el tobillo al azotar contra el pavimento, argumentando que ante las aglomeraciones de la calle no se podía ni distinguir dónde pisaba.
Su papá tuvo que ir al lugar por ella, porque el staff de primeros auxilios de la vacunación dijo que no estaba en funcionamiento la ambulancia y al parecer tampoco había baños públicos, pues del lado de la banqueta, donde estaban los autos estacionados, ya olía terrible, las personas iban a hacer del baño ahí.
Ninguno de los del staff de vacunación puso orden, ni siquiera se acercaron al final de la fila, pero se observó a algunos comiendo de los carritos de frituras, pan, tacos de canasta y los tamales.
Y si alguien podía creer que las cosas fallarían aún más, pues sí fue posible, a las 11:30 de la mañana al registrarse la presencia de muchas otras edades y familias completas con niños, que estuvieron dispuestas a esperar todo el tiempo, el final de la fila ya estaba enfrente de la entrada a la puerta de vacunación, es decir, ya se le había dado la vuelta completa al Centro Expositor y un poco más.
Lo anterior hizo que los de staff pidieran a las personas que se recorrieran, provocando confusión y peleas entre las personas de 40 años y los de 30 años, pues muchos se metieron a las filas, haciendo que esta llegara al Oxxo de la calzada Ignacio Zaragoza.
En el lugar se escucharon a hombres y mujeres desesperados, enojados y levantando las manos en señal de autoridad gritando: “¡formense!”, “¡se metieron!”, “¡los que iban formados hacia la pared están bien, los que están mal son los que acaban de llegar!”.
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Por el caos ocasionado y por las personas que no respetaron los lineamientos, a las 12:00 llegó el secretario de Salud de Puebla, José Antonio Martínez, para ayudar en la inoculación de mayores de 30 años y más. Arribó sobre la avenida Batallones de Zacapoaxtla, dentro de su camioneta blanca, con el vidrio abajo y observando sin inmutarse ante el desorden, solo dijo “vengo a vacunar, ayudar” y su chofer avanzó.
El ambiente empezó a ser pesado, la gente olvidó la sana distancia, para evitar que las personas se metan comenzaron a tomar distancia y caminar con una mano sobre e hombro del los de enfrente.
Transcurrieron las horas y llegó el punto más intenso de la jornada, a las 5:00 pm y tras el estrés de las personas sin orden, los mayores de 40 iniciaron los golpes y manotazos porque muchas personas se estaban metiendo a la fila y solo así llegaron 15 elementos policiacos que intentaron poner orden.
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A las 6:00 de la tarde, hora que debió ser el cierre de la jornada, aún seguían llegando personas, quienes muchos se estacionaron ya sobre la calzada Ignacio Zaragoza y se pudo experimentar de nuevo esas largas filas de personas y autos con aglomeraciones sin poder avanzar.
A las 7:00 de la noche una mujer presentó reacción a la vacuna y ahí sí llegó la ambulancia por ella para atenderla. Como se esperaba, a las 8:00 de la noche todavía seguían vacunado a los treintones.