El esqueleto de un hombre con una herida de bala que lo mató durante la Batalla de Puebla y de otros 19 individuos fueron localizados en ocho entierros en el templo de San Francisco Javier ubicado en el centro histórico de la ciudad de Puebla,
Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes desde enero realizan acciones de salvamento arqueológico en este inmueble, hicieron el hallazgo y lo dieron a conocer este 22 de marzo.
La dependencia informó que seis entierros son primarios y dos secundarios, con al menos 20 individuos en total.
Donde destaca el hallazgo de los restos de un hombre con una herida de bala en el hueso iliaco y el propio proyectil, en este inmueble que fue fortificación durante la guerra entre México y Francia.
El templo de San Francisco Javier ha tenido diversos usos desde su construcción a mediados del siglo XVIII. Fue la capilla de un colegio jesuita y en el siglo XIX fue parte de un hospital provisional y prisión.
Los entierros humanos encontrados en este lugar, podrían estar relacionados con las epidemias decimonónicas y, especialmente, con la época de la invasión francesa y el imperio de Maximiliano de Habsburgo, entre los años 1862 y 1867.
Los especialistas plantean dicha hipótesis debido a la conjunción de datos arqueológicos, históricos y de antropología física, lograda por el carácter multidisciplinario del proyecto.
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El investigador del Centro INAH Puebla, Manuel Melgarejo Pérez, destacó que el hallazgo se registró durante el seguimiento que realiza el INAH a las obras que lleva a cabo la Secretaría de Cultura del Gobierno de Puebla en el sitio.
Explicó que tras el hallazgo del esqueleto de un hombre que conserva un agujero de bala en el hueso iliaco izquierdo, así como el proyectilmismo que lo causó, se presume que falleció en la Batalla del Cinco de Mayo.
En el lugar también se han encontrado suelas de zapatos, botones de ropa y una cruz de metal que una mujer debió portar como collar–, los cuales se estima corresponden a la segunda mitad del siglo XIX.
De acuerdo al historiador del Centro INAH Puebla, Jesús Joel Peña Espinosa, el templo de San Francisco Javier fue usado como fortificación por los combatientes republicanos tras el avance francés sobre los fuertes de Loreto y Guadalupe, en 1863.
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La resistencia se trasladó al poniente de la ciudad, donde se ubica el recinto que recibió entonces el nombre de Fuerte de Iturbide.
En tanto la antropóloga física Lizbeth Chicas Martínez, opinó que el individuo localizado con un impacto en el abdomen, falleció porque en esa época era poco probable que una persona sobreviviera con un proyectil dentro del cuerpo.
De los demás restos humanos hallados en ocho entierros aún no se tienen más datos y se prevé que hasta ma conclusión de los trabajos en campo y el análisis en laboratorio se podrá determinar el sexo, la edad y otras características.
Por @MTPNoticias/ Metropolitano Puebla
