“Ese asunto ya debe olvidarse, es cosa juzgada”, fue la última declaración del exgobernador Mario Marín Torres respecto al caso de Lydia Cacho, durante uno de sus últimos eventos públicos antes de que se emitiera una orden de aprehensión en su contra.
En marzo de 2019, durante el arranque de campaña de Alberto Jiménez Merino, como candidato a gobernador de la entidad, tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso, el exmandatario priista fue increpado sobre si su presencia afectaría la elección del candidato priista.
“No, es un asunto juzgado desde el 2008 la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos exoneró después de dos años de investigación, de tal manera que ese asunto debe olvidarse, es cosa juzgada y no creo que afecte a la campaña”, comentó en esa ocasión Marín Torres.
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Tan solo un mes después, el Poder Judicial, con sede en Quintana Roo, abrió el caso y a través del Primer Tribunal Unitario ordenó la aprehensión en contra del exmandatario, además del empresario José Kamel Nacif y del exsubsecretario de Seguridad Pública, Hugo Adolfo Karam Beltrán, tras ser denunciados por los delitos de tortura en contra de la activista Lydia Cacho, quien en 2005 denunció una red de pederastia, encabezada por ‘El rey de la Mezclilla’ y solapada por el gobernador priista.
Esta fue una de las últimas ocasiones que Mario Marín fue visto en público, pues de ahí inició a darse a la fuga por varios estados y países, pues inclusive fue detectado en Brasil.
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Este día, de acuerdo con versiones periodísticas, Marín Torres fue asegurado en Acapulco por elementos de la Fiscalía General de la Republica (FGR), hecho que ya fue celebrado por el gobernador del estado Miguel Barbosa Huerta.
