Con globos blancos lanzados al cielo fue sepultado este 31 de agosto el pequeño Santi en el Panteón Francés en la ciudad de Puebla. Una foto reciente de él, en la que se le observa sonriente y con sus lentes, cargaba una mujer de la tercera edad mientras el ataúd de madera era colocado en la sepultura.
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Se escuchó a lo lejos un “te amo”
La madre del niño de 12 años, Teresa Trejo y su esposo Eduardo Mozo, llegaron acompañados al cementerio, por familiares y amigos, quienes entre cantos como “Caminaré en presencia del señor” y “Señor, me has mirado a los ojos” rogaron a Dios porque lo reciba entre sus brazos.
Con rosario y una ola de aplausos, los asistentes se despidieron de Santiago, víctima de la caída de un árbol en la calle 5 de Mayo, en el Centro Histórico de Puebla, frente a la tienda comercial Woolworth, tras la lluvia de este 29 de agosto por la noche.
A lo lejos podía escucharse un “Te amo”, en medio del llanto de los familiares más cercanos del niño, quien murió mientras esperaba a sus padres en una caseta de periódicos, su lugar de trabajo de muchos años.
Poco después de las 15:00 horas, la tumba quedó totalmente decorada con flores blancas y girasoles, además de un globo de Spider-Man, al tratarse del personaje favorito del pequeño Santiago.
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El momento que madre de Santi llegó al funeral
La señora Teresa fue dada de alta tras resultar con severas lesiones, para poder llegar al funeral de su hijo. Vendada en parte de la cabeza y con collarín, sobre una silla de ruedas, fue apoyada en todo momento por una mujer.
La carroza blanca con el cuerpecito del niño Santiago salió alrededor de las 13:45 horas de la funeraria Latinoamericana ubicada en la zona de Plaza Dorada.
Al Panteón Francés llegaron por delante los padres de Santiago, quienes se encontraban con su hijo la noche trágica del 29 de agosto, cuando un árbol cayó encima sobre su caseta de venta de periódicos.
Los familiares permitieron el trabajo de reporteros y fotógrafos para la cobertura del funeral de Santiago, quien al momento de la caída del árbol se encontraba haciendo su tarea, pues fue su primer y último día de clases al ingresar a la Secundaria.
Aun cuando un cura encabezó una ceremonia religiosa en la funeraria, para rogar a Dios por el pequeñito, la madre fue la última en darle la bendición a su hijo, al momento de ser despedido este miércoles en el Panteón Francés.
“Lo recuerdo como un buen compañero, era amigo de todos”, comentó Ariadna, quien lo conoce desde el kínder y fueron compañeros toda la primaria. La niña acudió a su funeral, triste por esta desgracia.
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