Abuelitos viven entre la nostalgia al no ser visitados por sus familiares en asilos de Puebla, pues desde hace un año, que se elevó la alerta por la pandemia de la Covid-19, están aislados para no contagiarse.
Lo que más extrañan son los abrazos y otros desconocen qué fue de sus parientes más cercanos, como doña Estela López, quien no sabe si aún está vivo su hermano, radicado en Michoacán.
En el asilo ‘San Charbel’, ubicado en la colonia La Paz, viven 30 adultos mayores, algunos padecen enfermedades otros más gozan de buena salud, pero todos están sufriendo el confinamiento a causa de la Covid-19.
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MTPNoticias tuvo acceso a este lugar, donde la directora Maribel Trujillo, junto con los trabajadores y ayudantes médicos, también están aislados desde hace casi un año para evitar que los abuelitos se infecten de coronavirus.
La Covid-19 modificó la vida de los poblanos y algunos sectores resultaron más afectados que otros, es el caso de los asilos donde cerraron sus puertas para que prácticamente nadie entre y salga, para evitar contagios.
“Empezó la restricción a visitas ya que se han contaminado los familiares, han dejado de venir y mandan a otras personas a llevarles lo que necesitan (…) son ocho casos que se han detectado donde los familiares se han enfermado”, contó en entrevista Maribel Trujillo.
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Las restricciones de visitas provocaron que varios abuelitos se sientan tristes o deprimidos por lo que en el asilo ‘San Charbel’ implementaron estrategias de actividades que se puedan realizar dentro del lugar.
“Pues los abuelitos, los que ellos van trabajando son sus terapias ocupacionales, vienen familiares, pero si los ven es a distancia y muchas veces están en contacto con videollamadas cuando ellos deciden hacer la llamada lo hacen o su familiar quiere hablarle, lo mismo, pero aun así ellas extrañan un abrazo, un beso”, dijo Maribel Trujillo.
Don Javier llora porque no puede ver a su familia
Don Javier García tiene 74 años de edad. Entre lágrimas narró a MTPNoticias que ha echado de menos a su familia y que jamás imaginó vivir una pandemia como esta, que hasta este 2 de marzo, ha dejado 9 mil 532 muertos en Puebla.
“Siento un dolor tremendo, por todos los que han muerto, por los padres que dejan a sus hijos y los hijos que dejan a sus padres, pero todo tiene una razón, pero en este caso no la sabemos y a mí me pone triste que tanta gente esté sufriendo en el mundo”, confesó don Javier.
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No sé si ya murió mi hermano: Estela
En el caso de Estela López, lleva dos años viviendo en este asilo. Entre la tristeza, comentó que no sabe si sus familiares han fallecido a causa de la Covid-19, ya que su familia vive en Estados Unidos y Michoacán; sus hijos están en Cuernavaca, y solo tiene contacto con ellos por videollamadas.
“Me habla mi hija, me habla mi hijo, mi hija está en Cuernavaca, mi hijo está en Puebla y son los únicos que vienen a verme porque mis demás familiares están en EUA. Pues todavía no sé porque no hemos salido de aquí todavía no sé si murió mi hermano, que vive en Michoacán”, dijo de forma angustiada doña Estela.
Para aminorar la depresión, doña Estela se pone a leer la biblia para estar más tranquila, y esperar las llamadas de sus hijos.
En espera de vacunas anti Covid-19
Ahora que ya comenzó la vacunación a adultos mayores, la directora de este asilo, Maribel Trujillo dio a conocer a MTPNoticias que ya solicitó a la Secretaría de Salud tomarlos en cuenta. El fin es que acuda una brigada al asilo para no poner en riesgo a los abuelitos en salir a formarse en espera de la dosis.
Sin embargo, no les han dado fecha entorno a cuándo pueda ocurrir esto por lo que han pedido paciencia a los viejitos para ser vacunados contra el Coronavirus.
Por Itzel Valencia/ @itzivalencia
