Durante el mes de abril, la industria manufacturera poblana vivió su peor crisis de los últimos 17 años, de acuerdo con el Indicador Mensual de la Actividad Industrial por Entidad Federativa (IMAIEF), ya que ni el escándalo del ‘dieselgate’ del 2015, ni la ‘Gran Huelga’ del 2009 en la Volkswagen provocaron un desplome tan drástico en la actividad económica del estado como la pandemia del Covid-19.
De acuerdo con el Sistema de Cuentas Nacionales, al cierre del primer cuatrimestre del 2020, el estado de Puebla registró la peor caída dentro de las actividades económicas secundarias de todo al país, con un 57.5 por ciento menos en la cobertura de las cuentas, donde Tabasco fue la única entidad con resultados positivos.
De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), todas las industrias secundarias en Puebla tuvieron un descenso en su actividad, minería; generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final; construcción; y fábricas manufactureras, lo que coincide con el inicio del confinamiento domiciliario, cierre de industrias y comercios derivado de la pandemia por Coronavirus.
La crisis se debe al paro en la producción en México desde el 30 de marzo, en el caso de Puebla empresas automotrices reanudaron el pasado 15 de junio, tras dos meses y medio de suspensión de actividades.
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¿Qué es la industria manufacturera?
Se refiere a la transformación de bienes semiprocesados o materias primas directamente en bienes finales de consumo, listos para su comercialización inmediata a través de distribuidores y otros mecanismos que los aproximan a sus públicos consumidores.
En Puebla, las principales empresas del sector manufacturero son Volkswagen y Audi, así como las de autopartes, que generan miles de empleos y que debido
Puebla sufre su peor crisis industrial desde 2013
La última actualización de las Cuentas Nacionales proporcionó una descripción integral de toda la actividad económica en el territorio nacional, mismo que abarcan la producción, el consumo, la generación, distribución y redistribución del ingreso, la inversión de capital y el financiamiento de las industrias en México.
A partir de esto, el IMAIEF evaluó las repercusiones de la pandemia por COVID-19 en las actividades secundarias de todo el país, al analizar el primer mes de la contingencia sanitaria, en donde a nivel nacional se reportó una caída del 29.2 por ciento en comparación con el índice de abril del 2019.
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En el caso de Puebla, la variación porcentual anual fue del 57.3 por ciento, al pasar de 121.1 puntos a 51.7, siendo el estado con la peor crisis industrial a causa del coronavirus, superando a estados como Baja California Sur, Aguascalientes, Coahuila y Querétaro, que se ubicaron dentro de los cinco estados con mayor afectaciones.
Fue la industria manufacturera la que sufrió las peores repercusiones económicas en Puebla durante el cierre del primer cuatrimestre del año, pues el obligado cierre de Volkswagen, Audi y sus proveedoras, a raíz del confinamiento sanitario, provocó una caída del 65.6 por ciento en comparación de abril del año pasado.
Esta no se compara con otras crisis por las que ha atravesado la industria manufacturera en el estado como lo fue la ‘Gran Huelga’ de la Volkswagen de agosto del 2009, donde más de nueve mil empleados de la armadora alemana suspendieron labores a fin de conseguir un aumento salarial, lo que provocó una caída del 30 por ciento en la producción de vehículos en el estado. En ese entonces el índice de variación de la actividad industrial fue de -19.8 por ciento.
La crisis más reciente en la industria manufacturera se dio con el ‘dieselgate’, escándalo internacional que salió a la luz en septiembre del 2015 que afectó a Volkswagen, al ser responsable de la instalación de software para manipular los resultados de los controles técnicos de emisiones contaminantes en 11 millones de automóviles con motor diésel, que fueron vendidos entre 2009 y 2015. En ese entonces la caída en las Cuentas Nacionales fue del 11.1 por ciento, sin lograrse comparar con el – 65.6 por ciento calculado el pasado mes de abril por el INEGI.
