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“A veces llorábamos juntos”: Omar narra la historia vivida a lado de su mamá Martha Erika (VIDEO exclusivo)

Elvia Cruz/ @cruz_elvia

Primera de dos partes

Omar Álvarez conoció a Martha Erika Alonso cuando tenía 15 años de edad. Era a finales del 2010, meses antes de que ella se convirtiera en primera dama en Puebla.

Un día, la panista acudió a la Casa de la Familia Poblana y ahí vio bailar electro dance a Omar y después, con uno de sus asistentes lo mandó a llamar. Ella lo invitó a comer para conocer su historia y desde entonces se convirtió en su protectora.

Este joven, de ahora 24 años de edad, llegó a esta casa hogar tras huir de los maltratos de su madre biológica, según narró en una entrevista telefónica a MTPNoticias. Se escapó a los 11 años de edad cuando falleció su padre, pero después de vivir un tiempo en la calle, encontró apoyo en este centro.

Cuando Martha Erika Alonso se convirtió en presidenta del Sistema Estatal DIF invitó a Omar a vivir como una familia en casa Puebla –residencia oficial del gobernador– pero en un inicio él se negó, debido a que, en la preparatoria en donde estudiaba, era víctima de acoso pues sus compañeros y maestros sabían que la panista pagaba sus estudios.

“Me decían cosas muy feas de ellos (los Moreno Valle-Alonso) (…) se burlaban de mí. Me decían que solo era un arrimado, que ella solo lo hacía para quedar bien”, recordó.

En esta entrevista que duró más de una hora, este joven dio detalles de cómo fue su relación de ocho años con Martha Erika, las anécdotas qué hacía al momento de enterarse que su “mami” –como la llama– había perdido la vida junto con su esposo, el senador Rafael Moreno Valle y otras tres personas, al caer el helicóptero en el que viajaban la tarde del 24 de diciembre.

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Ahora que Omar se quedó sin el apoyo moral y económico que durante casi una década le brindó Martha Erika Alonso, planea dejar de estudiar el quinto semestre de medicina veterinaria en Guadalajara, para dedicarse de tiempo completo a trabajar y poder sobrevivir con sus gastos.

“Soy tu mamá del corazón”

Omar estaba acostumbrado a los maltratos de su primera casa y de la calle, que le costaba trabajo creer que alguien lo podía querer. Contó a MTPNoticias que desde que Martha Erika se asumió como su mamá adoptiva, él conoció lo que es tener una fiesta de cumpleaños, o al menos un abrazo.

La mañana de un 8 de mayo, Martha Erika se escondió en la cocina cuando lo vio bajar por cereal para sorprenderlo con las mañanitas y unos pingüinos.

“Me acuerdo que ese día estaba escondida detrás de una barra, como no le había dado tiempo y era muy temprano nada más compró unos pingüinos y me dijo ¡Felicidades! (…) me sentí súper especial ese día. Me compró ropilla, unos tenis para bailar”.

Eran a las 7:00 horas cuando se tomaron una selfie y es la imagen que Omar tiene en su perfil de Facebook en donde ambos se ven sonrientes.

Más tarde, ella lo llevó a comer e invitaron a un par de adolescentes que habitan en Casa de Ángeles, un centro de gobierno en donde atienden a adolescentes en situación de vulnerabilidad. Al día siguiente, continuó la celebración ya que Martha le dedicó tiempo para llevarlo al cine y a museos.

Otra de las anécdotas que Omar recuerda, a lado de la panista, es que ella lo vio llorar en su cuarto un día, porque había peleado con su novia y Martha lo consoló y se ofreció hablar con la joven. Hubo muchos días en los que lloraron juntos.

Sobre la familia de Alonso, Omar solo tiene buenos recuerdos, como aquella grabadora que uno de los hermanos de la panista le regaló. Los consejos de la mamá, un “échale ganas. Estudia”.

“Creo que fue lo mejor que me ha pasado en la vida, conocerlos. Toda su familia súper buena onda conmigo. Muy humanos, de verdad. Lo más sencillo”, dijo.

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En una ocasión Omar le preguntó a Martha el porqué ella hacía tanto por él, sino era su mamá, cuando él había sido un rebelde, que se había escapado con unos amigos, durante medio año, a la Ciudad de México sin que le respondiera los mensajes o llamadas.

“Ella me dijo que porque me amaba y estaba agradecida que Dios me haya puesto en su camino. Se puso a llorar también”, “me dijo claro que soy tu mamá, tal vez no de sangre pero sí soy del corazón tu mamá”.

El joven dijo no tener presente exactamente los años, pero que fue entre 2012 o 2013 cuando se alejó por un tiempo de ella.

El día que Martha conoció a la mamá biológica de Omar

Otro de los momentos “bonitos” que Randy –como lo conocen sus amigos– tiene presente y se emociona al contarlo, es el día que quiso hacer su primera comunión a espaldas de Martha Erika, porque no quería causarle molestias, pero ella se enteró y al final terminó por organizarle una comida.

Con la ayuda de ‘Nina’, la ama de llaves de la casa de gobierno, él acudió a catecismo a una iglesia del barrio de Xanenetla –cerca de la casa donde vivía– durante más de tres meses. Faltaban tres días para la misa cuando Martha Erika Alonso se enteró de sus planes y lo mandó a llamar.

-Me dijo, ¿te puedo hacer una pregunta? Y yo le dije, sí. Me dice: ¿después de trabajar a dónde te vas todas las tardes? Yo no le quería decir, pero le tuve que decir que iba a catecismo y me dijo: ah con que vas a catecismo. Y me dijo ¿por qué?

Me dijo que si ya tenía traje, padrinos y todo. Y yo le dije que no. Entonces me preguntó que cómo le iba a hacer entonces. Ella me dijo: ¿y qué esperas?, ¿no me vas a pedir que yo sea tu madrina? Me sorprendí. Me puse a llorar (…) ella me abrazó y me dio un beso en la frente.

Después mandó a Nina conmigo a comprar la ropa y todo lo que se necesitaba.

Cuando llegó el día, Martha invitó a la mamá biológica de Omar y ahí la conoció. En un restaurante de la ciudad de Puebla en donde fue la comida.

“Ella (Martha Erika) me decía que la buscara (a la mamá biológica) (…) que no importara lo que pasara que siempre, también, iba a ser mi mamá. Que no estaba bien que yo dejara de hablar con ella, me decía que tenía que hacer lo bueno”.

-¿Y qué le dijo Martha cuando la conoció?

-Primero le dijo que era un gusto cuidarme y después le dijo que debería estar orgullosa de mí porque siempre le he echado ganas. Le dijo: yo sé que es su hijo y también es mi hijo. Hasta tiene dos mamás y debemos estar orgullosas por él.

Hizo un brindis y ya mi mamá, mi mamá como que estaba muy apenada o no sé. No dijo nada y pues ya nos sentamos a comer.

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“Me decían que eran unos corruptos, que se robaban el dinero”

Entre los recuerdos también hay escenas dolorosas, pero no por el lado de los protectores de Omar, sino por la sociedad. Recuerda que en casi toda su vida ha sido víctima de discriminación, incluso en algunas fiestas con “niños bien” en donde lo llevó Martha Erika.

En la calle, en la escuela fue peor, asegura. Recuerda que una vez llegó a los golpes en la preparatoria con uno de sus compañeros porque le dijo que Martha Erika y su esposo, el entonces gobernador, Rafael Moreno Valle (2011-2017) eran unos “corruptos” y “se robaban el dinero”.

Omar sí dio detalles del nombre de la preparatoria en donde incluso los maestros se burlaban de él, pero pidió a la reportera no revelar. Cuando él ya estudiaba medicina veterinaria en la universidad decidió independizarse.

Empacó sus maletas y se fue de casa Puebla en 2016. Sin embargo, su plan de no avisarle a nadie no le salió como esperaba. Martha Erika lo cachó.

“Yo le dije (a la mamá adoptiva): es que yo me quiero ir de aquí. Me agarró las maletas y me las metió a la recámara. Entonces yo le dije que no, yo ya estaba llorando. Yo no le quería decir porqué pero hasta el último me agarró de la mano y me llevó a un balconcito que está ahí y me dijo que qué tenía y ya le conté todo (…) ella se puso a llorar y me dijo: bueno, si tú estás así feliz yo te apoyo”.

Fue así que Omar llegó a Guadalajara. Ahí se estableció, rentó un cuarto amueblado y continuó practicando electro dance y estudiando medicina veterinaria. Todo a costa de Martha Erika Alonso. Nunca más perdieron comunicación. En sus cumpleaños viajaba a Puebla y ella le celebraba.

“Dios mío, Dios mío, ojalá que no sea cierto”

Cuando Omar se enteró la tarde de ese 24 de diciembre que Martha Erika y Moreno Valle habían perdido la vida, estaba en  una veterinaria de un conocido pidiendo trabajo. Una exnovia que conoció a su “mami” fue la primera que le marcó.

Hasta en ese momento no había visto las redes sociales en donde la noticia ya había estallado. De repente, narró, su teléfono se colapsó de llamadas y mensajes que le avisaron de lo que había ocurrido.

“Yo sinceramente ni me la creí, dije: ¡ay, de por sí es así la gente! (que inventa fake news)”.

Al ver que medios nacionales ya difundían la noticia como cierta, Omar encendió la tele y escuchó que hablaban del caso.

“Yo me quedé sorprendido y dije: no, no puede ser. Intenté marcarle (a Martha Erika), intenté marcarle vi que no respondía y dije Dios mío, Dios mío, ojalá que no sea cierto”. Se puso a llorar.

Debido a que con la única que él tenía contacto era con la gobernadora, no se enteró de la ceremonia luctuosa del día 25 al que lamenta no haber acudido.

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Ahora, Omar solo tiene el deseo de viajar a Puebla para despedirse de los restos de quien reconoce como su madre.

“Solamente quiero eso. Despedirme, no quiero nada (…) Quiero estar un ratito ahí, pedirle perdón por hacerla enojar porque sí, la hacía enojar yo mucho”.

Dejar de estudiar, la primera opción

Omar tiene otros tres hermanos de sangre con los que casi no tiene trato y tras la muerte de Alonso, su primera opción es dejar el quinto semestre de la carrera para ponerse a trabajar de lleno en Guadalajara.

“No me esperaba esto y voy a tener que dejar de estudiar ahorita. Faltar este semestre”.

“Ahorita tengo que buscarle para trabajar. No me cuesta ni nada, porque yo sé que puedo, porque gracias a ella que me dio mucha seguridad y ella siempre me decía que podía lograr cosas muy cañonas. Siempre me decía que era muy valiente”, adelantó a MTPNoticias.

Las palabras de aliento y fuerza que siempre le dio Martha Erika impulsan a Omar terminar más adelante la universidad y cuidar de los animales como lo hizo en Casa Puebla, cuando cuidaba los cachorros de la residencia y laboraba en las caballerizas.

“Cuando se enojaba (Martha Erika) me decía Omar pero así, siempre me dijo mi niño, corazón, cariño, bebé”.

Sobre la relación de Omar con los otros tres hermanos que Martha Erika adoptó, él prefiere no hablar por respeto a la memoria de ella.

¿Y sobre la relación con el senador Rafael Moreno Valle?, esta historia se contará en una segunda aparte…

Fotos: Oma Álvarez

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LA VILLA
Marisol Martinez

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