Ante la renovación de los órganos máximos de gobierno de la Benemérita Universidad Autónoma del Estado de Puebla debemos hacer un poco de historia, pues la llegada del nuevo Rector, y me atrevería a decir la nueva Rector, el trazo se encuentra bastante claro y firme.
Recordemos que el pasado 4 de agosto los consejeros universitarios aprobaron el voto electrónico, sectorial, secreto y directo; posteriormente, el 18 de agosto se aprobó la convocatoria para el nombramiento de Rector para el periodo 2021-2025 y con dicha elección se estará eligiendo al rector número 30 quien rendirá protesta el próxima 4 de octubre y por lo que se lee entre líneas la BUAP tendrá a su primera rectora mujer.
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Hagamos un breve recorrido desde la aprobación en 1991 del Reglamento de Elección de Autoridades Personales Universitarias, y con la eliminación del voto universal y secreto, se estableció el voto sectorial compuesto por 218 consejeros universitarios, representantes de 43 unidades académicas y 3 áreas administrativas así como la votación de 120 mil universitarios.
Tres son los aspirantes que verdaderamente podemos considerar, la puntera la Dra. Lilia Cedillo Ramírez, la Maestra Guadalupe Grajales Porras y Francisco Vélez Pliego.
¿Quiénes son estos personajes?
Dos de ellos, Guadalupe Grajales Porras maestra en filosofía por la UNAM es cuñada del Dr. Francisco Vélez Pliego, otro de los aspirantes. Lupita Grajales está casada con Roberto Vélez Pliego economista de la primera generación de la BUAP y evidentemente entre “familia” sustentan sus aspiraciones a rectoría haciendo equipo si por casualidad se definiera por género.
Sobre Grajales Porras recordemos que el pasado 29 de julio el rector Alfonso Esparza Ortiz hizo un cambio estratégico en la secretaría general, removió a Lupita Grajales y nombró al Maestro José Carlos Bernal Suárez y en un comunicado precisó que:
“La maestra María del Socorro Guadalupe Alicia de la Inmaculada Concepción Grajales y Porras, al igual que otros universitarios, han expresado públicamente su intención de contender al cargo de rector para el periodo 2021-2025; por lo anterior y a fin de garantizar la institucionalidad y la equidad ante el inminente proceso de elección […] tomó la decisión de separarla del cargo de secretaria general, toda vez que de acuerdo con el Estatuto Orgánico de la UAP, el secretario general funge como responsable de técnico de los diferentes procesos electorales de la universidad”.
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A partir de este momento la carrera rumbo a la rectoría había iniciado, la filósofa de formación inició con reuniones con medios de comunicación y algunos otros sectores externos e internos a la universidad. El quehacer casi desesperado de la dupla de Grajales-Vélez se vio minada por el estratégico y democrático movimiento de Esparza Ortiz.
Ahora bien, parafraseando a Ortega y Gasset con la frase de “yo soy yo y mi circunstancia”, la circunstancia de la Dra. Lilia Cedillo empezó a tener un despunte natural rumbo a la publicación de la convocatoria para la elección de rector.
Las circunstancias efecto de la pandemia invitaron a fortalecer su presencia a través de su experiencia como microbiólogo vía pronunciamientos y entrevistas en favor de la salud de la comunidad universitaria y el apoyo directo a cuando menos 7000 integrantes de su alma mater a través de la toma de muestras PCR.
Este hecho le permitió fortalecer su imagen y obtener mayor simpatía hacia su persona no sólo al interior de los campus universitarios sino también al exterior. Empezamos a escuchar el nombre de Lilia Cedillo no sólo como la distinguida directora, la investigadora, sino como la mujer/madre sensible y hasta conocimos a Lilia como la apasionada corredora maratonista.
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Entre los ciberespacios se encuentra a Lilia, como la única opción viable para dirigir el rumbo de la máxima casa de estudios, y recordemos que entre las distinciones que la acompañan son los premios nacionales en materia de Bioquímica, Infectología Pediátrica, pertenecer al SNI, árbitro de revistas de Microbiología, miembro y jurado de diversos premios y certámenes.
Además de haber sido elegida entre las 15 mujeres que distinguió la Third World Organization por Women in Science entre muchos otros más; además, de haber sido Director del Instituto de Ciencias, Vicerrector de Extensión y Difusión de la Cultura, Director del Complejo Cultural Universitario y Director del Centro de Detección Biomolecular e integrante de la Comisión Institucional para el Seguimiento y Evaluación de la Pandemia por el SARS-CoV-2.
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La Dra. Cedillo constantemente fortalece a una de sus grandes pasiones que es la divulgación de la ciencia y ha impactado en sectores universitarios extramuros y por supuesto, con su enorme compromiso y sensibilidad que le caracterizan.
Está presente en el auditorio infantil con propuestas como ‘perdón ¡Soy malo!’ publicado en 2019 que invita a una lectura sobre la relación entre los microbios y el sistema inmune que se hizo presente en las post pandemia del Covid-19 o ‘El Mundo Invisible. La microbiología según Lilia’ publicado en 2014 y ‘Aguas con los Bichos, corazones y cosas peores’ entre otros más.
Sin duda alguna, el compromiso de la Dra. Cedillo es constante y está latente en este mundo universitario que se vuelve su circunstancia de vida. Congruente con su forma de vida el pasado 3 de agosto sometió su renuncia como director del Centro de Detección Biomolecular y se reincorporó a su plaza de base como profesora investigadora adscrita al Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas del Instituto de Ciencias.
En la máxima casa de estudios de Puebla en breve estarán en campaña por lo pronto, haciendo un llamado a la libertad y democracia participativa universitaria podemos ver que la Dra. Lilia Cedillo Ramírez tiene todas las credenciales en favor para dirigir el rumbo de la BUAP durante el periodo 2021-2025.
Al tiempo.
Por Mayra Sánchez/ @mayrusmayrus7
