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El quehacer de las mujeres en el mundo cada día va ganando mayor reconocimiento y respeto. La metáfora de “el techo de cristal” entendida como el obstáculo que impide tanto el crecimiento como la presencia de nosotras en puestos de alta dirección ya sea en la iniciativa pública o privada cada día va quedando atrás.

El esfuerzo de los movimientos feministas, la academia, el deporte, la cultura están generando una sinergia proactiva y reflexiva en favor de una sociedad más justa y equitativa.

El ascenso piramidal no ha sido fácil, pero con la presencia de acciones en favor de la ruptura de estas barreras y de una nueva reescritura paradigmática, ha permitido que nuestra presencia empiece a ser visible y avanzar de manera más fácil en el quehacer laboral y familiar.

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Los obstáculos a los que las mujeres nos hemos enfrentado son muchos, pero, la tarea de manera individual y de los colectivos es que cada día se resignifique nuestra presencia vía el fortalecimiento primero, en el ámbito personal de las mujeres y niñas, lejos de una educación sexista y androcéntrica para luego, iniciar con un recorrido por el deber ser desde la perspectiva de género.

Entendiendo a esta última como el reconocimiento a la diversidad, a la existencia de mujeres y de hombres, con capacidades y habilidades diferentes con el único objetivo de conseguir la igualdad y el equilibrio y, por ende, ser “reconocidos en la diversidad y vivir en la democracia genérica” así como lo menciona Marcela Lagarde.

La Era de las mujeres sin duda debe establecer una visión sustantiva que invite a un análisis profundo de la organización del mundo; primero, desde la organización patriarcal y sus correlativas condiciones de aprender su mundo sea a favor o no de la vida con igualdad y con compromiso social. Y a partir de este análisis se podrán sistematizar experiencias e ir tejiendo consensos y posibles alternativas.

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Ahora bien, cada sociedad tiene características específicas y han ido adecuándose a su ser y tiempo. En esta nueva Era el análisis debe estar presente, pues partiendo de esta serie de criterios analíticos podemos detectar aspectos nocivos, opresivos, desiguales e injustos que siguen obstruyendo y violentado el derecho de nosotras rumbo a la igualdad.

Durante más de dos siglos las mujeres se han reunido con el objetivo de repensar el mundo, las teorías en temas de género están atravesando fronteras, estableciendo nuevos límites y retos, por lo tanto, las experiencias participativas en este mundo sobre comunicado y globalizado tienen un dinamismo sui generis que cada día va ganando territorio.

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En esta Nueva Era, la perspectiva de género debe seguir transitando en el trinomio de ser-para-mí, para que cada una sea la protagonista de su vida. Así que, el ver a mujeres mandatarios, rectores, directores, alcaldes, gobernadores entre otras, invita a comentar que después de tantos años de vida discordante, ya estamos transitando en la Nueva Era.

Por Mayra Sánchez / @mayrusmayrus7

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Mayra Sanchez

Mayra Sánchez

Académica, feminista, escritora, ensayista, apasionada por la literatura universal, defensora de los derechos humanos. Es autora de numerosos artículos sobre género, violencia vicaria, democracia y...