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Varios son los hilos conductores que pudieran desprenderse del “live” que realizó hace algunos días la pesista acayuqueña Geovanella Faranoni Platas, muy cerca de la conmemoración del día naranja que como cada 25 de mes realizamos para sensibilizar y frenar la violencia hacia las mujeres y las niñas.

Fuertes fueron las declaraciones que realizó esta joven atleta de alto rendimiento representante de la selección poblana todavía hasta 2020 cuando obtuvo las marcas de 94 kgs de arranque y 120 kgs de envío en la categoría de los 64 kgs.

La narración de la atleta señala a su último entrenador asignado: Emiliano Elizardo Borrell Patridge como acosador y causante de la serie de afecciones psicológicas emocionales y físicas que le ocasionó durante el tiempo que estuvo bajo su tutela.

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Así como de haber sido víctima de insinuaciones sexuales y acoso constante, además de haber sido el causante de haber perdido los beneficios de ser parte de la selección poblana y el que le hayan quitado el apoyo de la beca institucional y quedar fuera del equipo -afirmó la atleta- también de una serie de afectaciones físicas por el exceso de peso asignado en sus entrenamientos.

La campeona estatal, a través de un documento dirigido a Yadira Lira Navarro directora General del Instituto Poblano de Deporte y con acuse de recibo del día 2 de febrero de 2021, pidió ayuda e hizo un llamado para que la carta “sea respondida a la brevedad para poder entrenar nuevamente en un “ambiente espectacular, como lo era antes”. En el documento narra el viacrucis que ha vivido y el motivo por el que decidió cambiar de entrenador.

En las cuatro cuartillas que componen el documento Geovanella dejó plasmado no solo el temor con el que vivió, sino la impotencia que siente al ver que Borrell Patridge es un riesgo latente con otros compañeros de menor edad.

“[…]no puedo seguir aguantando la negligencia y el miedo que en un futuro pueda provocar esta misma situación con algunos otros compañeros y/o menores de edad […] a pesar de que mi rendimiento iba y sigue en pico hacia arriba como él lo informaba a las autoridades competentes, él todos los días expresaba su inconformidad y mi ineficiencia como ser humano […]a pesar de mi experiencia personal en la formación de alto rendimiento en el levantamiento de pesas me expresaba que era analfabeta y mi falta de inteligencia […] en varias ocasiones arremetía hacia mi sexualmente […] insinuando y expresando que me veía más rica entrenando en licras entalladas que en pants, en ocasiones pedía que nos tomáramos fotos en posiciones sensuales para enviárselas a sus amistades cubanas”.

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En la transmisión de aproximadamente 35 minutos por facebook live, Geovanella entre lágrimas y con la voz entrecortada narra, muestra fotos, presenta capturas de pantalla de conversaciones y exhibe audios donde la voz masculina que se escucha con acento cubano le pide que “vayan a un motel, tomen unas cervezas a la par de poder llevar el entrenamiento”. De dichas grabaciones se infiere que es el propio Borrell Patridge quien hace uso de la voz.

Bajo un constante estrés psicológico y físico transcurrieron los meses y refiere la joven en el documento que:

“El estrés psicológico que le causó esta situación es que estaba inconforme conmigo misma y todo lo que sucedía a mi alrededor era provocado por mi o es la manipulación de este entrenador que me hizo pensar esto, ya que él expresaba que era un entrenamiento psicológico que hacía conmigo para hacerme más fuerte”.

El caso de Geovanella Fararoni debe ser analizado hasta las últimas consecuencias, pues las agresiones de las que ha sido víctima, no se deben pasar por alto, ni mucho menos normalizar.

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En su transmisión y en la narración de su documento dejan entrever que la atleta se encuentra vulnerable, asustada, vive en estado de impotencia y ve truncada su carrera deportiva no solo por el hecho de haberle retirado la beca y los beneficios que conllevan, sino que es un grito de auxilio para que las autoridades, encabezadas por Yadira Lira tomen cartas, investiguen, analicen, intervengan, sancionen y den respuesta pronta y expedita a esta valiente voz de una joven atleta que no solo se siente vulnerable, también que sus pruebas apuntan a haber sido una víctima más de violencia de género hacia las mujeres.

Al tiempo.

Por Mayra Sánchez/ @mayrusmayrus7

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Mayra Sanchez

Mayra Sánchez

Académica, feminista, escritora, ensayista, apasionada por la literatura universal, defensora de los derechos humanos. Es autora de numerosos artículos sobre género, violencia vicaria, democracia y...