Hace algunos días volvimos a ver un nuevo caso de violencia vicaria; Miriam, mujer serrana de Huauchinango Puebla, viajó más de 180 kilómetros rumbo a la ciudad capitalina para manifestarse en la puerta de la Fiscalía y denunciar la sustracción de sus dos hijas menores de edad y su nieta. Con un nudo en la garganta, demandó justicia, el apoyo de las autoridades y del señor gobernador.
Fue el pasado 2 de marzo cuando Miriam, la joven madre interpuso una denuncia por violación a Andrea, su menor hija, por parte de su expareja Ramón ‘N’, hecho que sucedió cuando la menor contaba con tan solo 14 años y, producto de la violación tuvo un bebé.
Recomendamos: ¡Oficial! La violencia vicaria ya es delito en Puebla, en esto consiste
Tras la denuncia y haciendo uso de violencia vicaria, Ramón ‘N’, presionó diciendo que si no retiraba la denuncia en su contra se llevaría a las niñas. El agresor no solo ejerció violencia de todo tipo contra la joven madre, sino que el pasado 12 de marzo sustrajo a Andrea, a su bebé Sherly y a su hermanita Ximena de 8 años; hasta hoy se desconoce su paradero.
En entrevista para un medio regional (Quinto Poder), Miriam narró lo sucedido argumentando que la última comunicación que tuvo con su hija fue cuando las llevaba rumbo a ciudad de México, por la región de Tulancingo Hidalgo. A partir de ese momento, el viacrucis para Miriam inició al no conocer hasta el día de hoy el paradero de las tres menores.
“Las autoridades me han mentido, me he acercado a la Casa de Justicia en el área de Violencia de Género, me ha atendido el licenciado Hugo y me dijo que iban a activar la alerta amber pero no la activaron, pues las dos niñas chicas tienen el apellido de esta persona, de Ramón.
Sabemos que éste tiene derechos, pero, la mayor, Andrea Mireli no tiene sus apellidos, no quiere estar con él. Tenemos una demanda, tenemos terapia psicológica y tenemos la certeza de que a mi hija se la está llevando por la fuerza”.
Lee más: Violencia vicaria ya es delito en Puebla y se castiga con 10 años 8 meses de prisión
Ramón, su expareja de 48 años y presuntamente hermano de un Juez, aseguró de que debido a sus influencias no pisará la cárcel, ha intentado negociar el retiro de la denuncia a cambio de devolver a las menores “Me ha amenazado y me dijo que por eso se las llevó”.
Entre lágrimas y con una voz desgarradora Miriam pide al gobernador
“que cumpla con su deber, que me ayude. Como mujeres decidimos alzar la voz (decir) que ya basta de maltrato … de llevar esa vida. Las mismas autoridades en Huauchinango a mí me han limitado, me han dicho que yo no puedo hacer cosas, me han dicho que yo soy la responsable de que mis hijas hayan sufrido violencia. Solo pido la oportunidad de tener la vida que no he podido tener con mis hijas ¡me las está quitando ese hombre! Y lo único que les pido es que me ayuden a encontrarlas”.
Seguramente la voz de Miriam, como la de muchas madres buscadoras, debe seguir retumbando en los muros de la Fiscalía del estado de Puebla y por supuesto, en muchos de nuestros corazones que ante la impotencia sólo podemos seguir exigiendo a las autoridades que se dé con el responsable, se le castigue y juzgue con todo el rigor de la ley y que estas niñas vivan bajo el cobijo de una amorosa madre.