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Los estudiantes foráneos que están convocando una marcha el próximo 24 de enero en Ciudad Universitaria para exigir clases presenciales en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), están en todo su derecho de hacerlo, pero algo sí deben de tener muy claro:

Lo único que está procurando la rectora Lilia Cedillo, tras haber suspendido el retorno a las aulas, es cuidar la salud de todos los universitarios.

Sería insensato de su parte, siendo una especialista en la materia, permitir que por una decisión suya de esta magnitud, se propague más el virus en la máxima casa de estudios en esta cuarta oleada de contagios en la que predomina la variante Ómicron.

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La decisión emanada de la Comisión Institucional para el Seguimiento y Evaluación para la pandemia por Covid-19 privilegia la integridad de sus miembros.

Las clases, la atención administrativa no han cesado. Es decir, la vida universitaria continúa y el retorno a la actividad presencial será un hecho, en cuanto estén dadas las condiciones para no poner en riesgo a ningún miembro de la comunidad universitaria.

Esto se sustenta en la información oficial de la alta letalidad del virus, la saturación en la consulta médica por enfermedades respiratorias y el incremento en la ocupación hospitalaria.

Por ello, fue la mejor decisión que se pudo haber tomado.

Los estudiantes deberían de verlo de esa manera, de que es una forma de cuidar su salud y la de sus familias.

 

Por Los Reporteros

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