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Apenas en esta semana, Claudia Rivera Vivanco, quien a través de Morena-PT busca la reelección para mantenerse tres años más como presidenta de la ciudad de Puebla denunció que “hay provocación en contra de mujeres que ocupan cargos importantes”.

Cada que puede utiliza este discurso a su favor. Acusa que hay violencia política de género en su contra, pero cuando ella o sus colaboradores ejercen esta misma violencia, ella ríe, se carcajea y calla.

Ejemplos hay muchos.

Uno, quizá el más vil ocurrió la mañana de este 13 de mayo cuando su coordinadora de campaña, Liza Aceves acusó a Denisse Ortiz Pérez, titular de la Unidad de Asistencia Social y de Salud (USAS) del DIF estatal de tener una “relación sentimental” con el gobernador Miguel Barbosa.

Utilizó a una mujer para insinuar que por la supuesta “relación” que ella tiene con el gobernador, éste está apoyando al candidato del PRIANRD, Eduardo Rivera Pérez, porque Denisse es su cuñada.

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Pero no solo eso, Liza insinúo que la expanista tiene ese cargo en el gobierno estatal por, ¿ser amante del gobernador?

Por si fuera poco, también violentó a la esposa de Barbosa Huerta, a doña Rosario Orozco, pues esa vileza con la que lo dijo durante una conferencia de prensa, no solo se metió en la vida personal de estos personajes, sino también violenta a las mujeres involucradas.

Una vil bajeza contra el gobernador y su familia.

¡Pero claro! Mientras las declaraciones las hagan ellas, NO ES VIOLENCIA DE GÉNERO O GUERRA SUCIA, pero si alguien comenta algo sobre el cambio de imagen de Claudia Rivera –que ella misma difundió – se tiran al piso, patalean y alegan su falso feminismo.

Esta grave acusación que hizo Liza, con la complacencia de Claudia Rivera y de Leobardo Rodríguez – exsecretario de Administración municipal y candidato a regidor– también evidencia la desesperación en la que están entrando los integrantes de este quipo tan solo a semana y media de las campañas.

Todo les ha salido mal y buscan fabricar culpables hasta inventar y meterse con una familia: que el gobernador apoya al candidato opositor, que Gabriel Biestro organiza las manifestaciones en las colonias, que los medios le hacen “guerra sucia”, que se meo el perro en la calle…

Todo, menos reconocer una mala administración, falta de seguridad, de obra pública, de programas sociales y, por si fuera poco, escándalos de corrupción tras otro en la ciudad de Puebla.

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Es normal que los colonos ya no crean en las promesas de campaña de Claudia Rivera Vivanco, ahora que jura y perjura que ya tiene un plan en favor del municipio. El rechazo hacia su persona ha sido evidente todos los días de campaña, ahora que ha vuelto a caminar las calles.

De eso, la única culpable es ella.

De ahí viene su enojo, en que ya no está el efecto López Obrador para impulsarla totalmente y que por más esfuerzos que ha hecho en colgarse como amuleto el muñequito de AMLO y de repetir, “voten por ya saben quién”, no le ha resultado.

Que asuma las consecuencias de sus actos y deje de repartir culpas de sus desastrosa campaña, de buscar cómo manchar la imagen del gobernador y de su familia con tal de creerse que hay un “compló” en su contra.

Por Elvia Cruz/ @cruz_elvia

LA VILLA
Elvia Cruz

Elvia Cruz

Estudió una maestría en Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Ha colaborado en diversos medios locales, nacionales e internacionales como CNN en Español, Grupo Expansión,...