A Alejandro Armenta Mier no le importa qué opine el gobernador Miguel Barbosa o los morenistas sobre sus “amigos”. Esos personajes con los que ya está pactando apoyo desde ahora, rumbo al sueño de su vida en 2024: convertirse en gobernador de Puebla.
Y es que, como ya lo hemos escrito en este espacio, su mirada está en Movimiento Ciudadano que a nivel local dirige Fernando Morales, primo de Jesús Morales. Sí, el exsecretario de Seguridad Pública en el gobierno de Antonio Gali Fayad (2017-2018).
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Precisamente este último personaje, el tío Gali – como lo llaman los barberos– es quien verdaderamente está detrás de la cabalgata que Chucho Morales le organizó a Armenta el 11 de junio pasado en Mazapiltepec y que tanta polémica causó en el círculo rojo.
La interpretación política quedó en, ¿cómo es posible que Jesús Morales junior esté respaldando tan pronto a Armenta rumbo a la elección del 2024 cuando apenas en el proceso interno del PAN en 2021, traicionó a Genoveva Huerta para apoyar al grupo de Eduardo Rivera Pérez?, otro de los posibles abanderados a suceder a Barbosa Huerta.
Es simple: Jesús Morales no responde a los intereses de Eduardo Rivera. El pacto con él fue temporal, para quitarle el control del Partido Acción Nacional a Genoveva y ya, nada más. No hay otro compromiso, ninguna amistad, mucho menos cariño.
Con Antonio Gali Fayad sí.
Si se observa en las imágenes que se difundieron ese fin de semana de la cabalgata y que terminó en una comilona en un rancho de los Morales, el único descendiente de esa familia –que toda la vida ha vivido del erario público– es Chucho. Incluso Fernando se deslindó al día siguiente.
En realidad, este encuentro fue solo una muestra del apoyo que el exgobernador Gali le ha ofrecido a Armenta para convertirse en gobernador de Puebla.
Gali, con todo el dinero que tiene vive tranquilamente con su familia en Estado Unidos, pero desde ahí mueve los hilos para incidir en los resultados de la elección que se avecina y que, es clave por varias razones, principalmente porque dependiendo de quién resulte ganador, muchos esperan salvarse de la justicia y seguir impunes.
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Gali ya está sumado al proyecto de Alejandro Armenta Mier. No importa si va por Morena, por Movimiento Ciudadano o por cualquier otro partido político.
Así como él, muchos otros actores políticos ven en el senador como el que lleva más ventajas para ganar estas votaciones. Incluso hay secretarios en el actual gobierno que le han manifestado apoyo, así sea fuera de Morena.
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El viejo dicho de “nadie sabe para quién trabaja”, bien se puede aplicar en la pelea de la herencia de la señorita Socorro Romero Sánchez, la empresaria productora de huevo más exitosa que ha tenido México, pues la diputada local por Morena en Puebla, Olga Lucía Romero Garci Crespo pelea los millones por la vía civil y penal.
Socorrito –como también la conocen de cariño en Tehuacán– murió a los 93 años en diciembre de 2009 dejando una herencia de al menos 600 millones de dólares. La oaxaqueña dedicó toda su vida al trabajo, nunca se casó. No tuvo hijos.
Junto con su hermana Francisca, empezó su carrera empresarial con una pequeña granja de gallinas ponedoras en 1948. Con el tiempo, sumó a sus otros hermanos para crear más criaderos hasta llegar a fundar la sociedad anónima Socorro Romero Sánchez (SRS). La más reconocida a nivel nacional en el sector avícola y porcícola.
Dos días antes de morir, firmó su testamento dejando como heredera universal a su sobrina Estela Romero Bringas, con quien vivió en sus últimos años y quien trabajó casi toda su vida en sus empresas.
Sin embargo, en junio de 2016, siete años después de la muerte de Socorro, Olga Lucía inició la lucha legal por reclamar esa herencia. Ella asegura que ese testamento es falso, que falsificaron la firma de la señorita Socorrito para quedarse con sus propiedades, además de justificar que en el lecho de su muerte, la empresaria no se encontraba estable mentalmente.
Con estos alegatos reclama a Estela renunciar a la herencia, mientras que la contraparte asegura, a través de sus abogados, que la legisladora nunca fue cercana a Romero Sánchez, y que hay testigos de la veracidad de ese testamento.
Como hayan ocurrido las cosas, aquí se pelean un patrimonio que trabajó otra persona. Definitivamente, nadie sabe para quién trabaja.
