Yo aborté y tu mamá, tu hermana y tu esposa también, y aun así te niegas a despenalizar el aborto. En tu escritorio están las cifras que revelan que Puebla es el tercer estado con el mayor número de personas que han tenido que abortar legalmente en la Ciudad de México.
A ustedes, diputado y diputada de Morena, que presumen su sangre de izquierda: sean coherentes y rompan el pacto patriarcal que quiere controlar nuestros cuerpos con la amenaza de encarcelarnos si abortamos en Puebla.
No despenalizar el aborto es una forma más de control social, que se sostiene a través de la amenaza del castigo, para que las embarazadas guarden un comportamiento reproductivo acorde con los papeles con los que se nos clasifica: mujer legítimamente casada y madre.
Es tanto el miedo que tienen a que seamos completamente libres para decidir sobre nuestros cuerpos que nos anestesiaron con la aprobación de leyes que carecen de un marco de protección y actuación en beneficio de las posibles víctimas, como la ley Vicaria.
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Al no despenalizar el aborto, continúan violentándonos, así que en Puebla aún tienen una deuda histórica con nosotras: el reconocimiento de derechos básico, los sexuales y reproductivos.
Este 28 de septiembre, que se conmemora el Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, es un día más en la lucha, pero la realidad es que a los congresistas en este momento les importa más a dónde brincarán en 2024 que legislar sobre cualquier tema.
En 2018 estábamos tan emocionadas de que la izquierda fuera mayoría en el Congreso local, que jurábamos que sería inminente la despenalización del aborto en Puebla, pero los diputados salieron tan conservadores que dan pena ajena.
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Henos aquí, cinco años después, con nuestro pañuelo verde marchando, bailando, tocando panderos, gritando y pintando monumentos sin ser escuchadas, porque insisten en que las mujeres somos minoría.
Desde que Morena es mayoría en el Congreso poblano, al menos seis iniciativas contra la despenalización del aborto se han presentado por este grupo parlamentario.
Algunas propuestas están hechas para rebotar entre las comisiones, para que más tarde sean congeladas, es decir, solo fueron diseñadas para atraer reflectores mediáticos.
Otras, con mejor técnica jurídica y cuya aprobación implicaría la autorización de recursos para el Sector Salud, se han entrampado en discusiones sobre que se necesitan “consensuar” con la mayoría de los diputados.
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Señores y señoras representantes de Morena: llevan siendo mayoría desde hace cinco años, no necesitan ni un voto más de un aliado de otro partido para despenalizar el aborto en Puebla.
La realidad es que la palabra “aborto” les asusta y piensan que, si dan un voto a favor de la despenalización, la ciudadanía no volverá a votar por ustedes, porque “abortar está en contra de las normas de Dios” o “es malo”.
Mientras dan largas, les recuerdo que, entre abril de 2007 y mayo de 2023, Puebla ocupó el tercer lugar nacional con el mayor número de personas que abortaron de manera legal en unidades médicas del gobierno de la Ciudad de México, al registrar 1,627 casos, de acuerdo con cifras del Sistema de Información de Interrupción Legal del Embarazo (ILE).
A esta cifra se añadirán otras. Las de personas gestantes que, buscando una solución, encuentran anuncios como este en internet:
“Si vives en Puebla y necesitas acudir a una clínica legal y segura para la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), en Promédica Mujer podemos ayudarte en tu decisión. No estás sola, no te asustes, estamos contigo y te ayudaremos. Te ofrecemos un precio especial de $2,499 con todo incluido para la interrupción legal del embarazo, por ser paciente del estado de Puebla”.
También se deberían sumar las miles de mujeres que toman misoprostol o fórmulas de herbolaria para interrumpir su embarazo, ya sea solas o con acompañamiento de colectivas feministas.
Las cifras de mujeres abortando en Puebla seguramente serán estrepitosas, por lo que es indudable que se trata de un problema de salud pública, que sigue siendo regulado por las buenas conciencias y no por los argumentos científicos.
Realmente, la discusión no está en si deben o no abortar las mujeres, sino en qué ocurre con las que abortan, porque esto sucede diariamente en el país.
Hay estudios jurídicos que demuestran que la penalización del aborto es una ley prohibitiva que no se aplica y que solo pretende regular a la mujer, por lo tanto, es una ley inexistente.
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En realidad, no hay mujeres en la cárcel por abortar (al menos en Puebla, o no existen registros de ello en las dos últimas décadas), por lo que se llega a la conclusión de que es necesario eliminar de los códigos penales el delito del aborto.
Creo que, en lugar de la prohibición, se debe construir un armazón legal, que facilite la maternidad voluntaria, consciente y gozosa.
Ciudad de México (2007), Oaxaca (2019), Hidalgo (2021), Veracruz (2021), Coahuila (2021), Baja California (2021), Colima (2021), Sinaloa (2022), Guerrero (2022), Baja California Sur (2022), Quintana Roo (2022) y, ahora, Aguascalientes (2023) son los estados en los que los legisladores decidieron reconocer la libertad de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.
Puebla no debe esperar más. Tú, que estás leyendo, seguramente abortaste en silencio o sabes de alguien que lo hizo y lo calla por vergüenza: tu amiga, madre, hermana o pareja.
Decidir en qué momento seremos madres es nuestro derecho. Yo aborté, ¿y tú?
¡Insurrectas en pie de lucha! Si tocan a una, respondemos todas.