Meme Yamel/ @MemeYamelCA
La precampaña de Morena, que de precampaña y de interna no tuvo nada, terminó con muchas preguntas sin respuesta.
En un claro intento por ganarle al compañero de trinchera, vimos como Armenta abarrotó eventos, recorrió con verbo y política zonas estratégicas para posicionarse como candidato de Morena, por otro lado Nancy de la Sierra, que pese a traer buen discurso, ya no cuenta con apoyo político; incluso en el mismo Senado de la República desconocen qué le paso porque tiene el cargo más no la fuerza y para finalizar estaba Barbosa, el que desvió su camino por puro capricho.
No me malentiendan, como todos los poblanos quiero un cambio; y es justamente por eso que lo critico.
Luis Miguel Barbosa pasó de ser una “víctima del sistema” a ser un vil victimario dentro de Morena. Durante su entrevista en MVS radio perdió el control cuando le mencionaron el apoyo que ostenta Armenta por parte del Senado en el que cuestionó los motivos de Monreal por apoyar al senador y no apoyarlo a él pese a que lo conoció primero diciendo que este asunto no era más que “pueblerino”.
¿Desde cuándo el apoyo político se debe brindar por derecho de antigüedad y no por capacidades?
Lo peor es que es el menos indicado para hablar sobre recibir apoyos cuando ha tenido la bendición de Yeidckol desde el día uno, hasta podríamos decir que tienen sus pactos y negociaciones por abajito de la mesa de tan intenso, descarado y cargados que se ven los dados.
Recomendamos: Barbosa y Armenta se avergüenzan del PRI en público, pero suman a priistas en precampaña
Pero lo peor no está ahí, lo peor es que en su intento por quedar bien y demostrarle a la maquinaria del senado que él también podía “sumar”, Barbosa terminó restando y feo.
Cuándo Barbosa sumó a personajes como Zavala y su séquito de mirreyes succiona huesos y el papá de Gerardo Islas, morenovallista por herencia y excelencia, dejó muy claro de qué lado están sus intereses y muy lejos de ser por la regeneración y transformación de Puebla, están del lado del eterno hueso que pasa por encima del pueblo.
¿O me van a decir que Zavala ya reflexionó y cambió como todos pregonan cuándo entran a Morena?
Armenta tendrá su pasado priista y se dirá que ostenta apoyo del mismísimo Marín, pero en ningún momento hemos visto un acto público donde presuma o confirme esos dichos, mientras que Barbosa demostró que el pueblerino era otro.
Pero la cuestión sigue siendo una sola: ¿Los morenistas están dispuestos a perdonarle los pecados a Zavala, como lo hicieron con Barbosa o por fin abrirán los ojos?
Lee: En Morena no hay lugar para arribistas, advierte Barbosa