Mientras la incidencia delictiva incrementó en un 12 por ciento y los robos en general se elevaron en un 15 por ciento en los primeros cinco meses de este 2022, al alcalde perredista de Coronango, Gerardo Sánchez no le interesa la seguridad de sus gobernados y los uniformados mantienen una cacería de transportistas y automovilistas para extorsionarlos bajo cualquier pretexto.
En comunidades como la junta auxiliar de San Francisco Ocotlán, donde la mayoría de las calles están en mal estado o siguen siendo de terracería, los uniformados de Tránsito se dedican a parar a diestra y siniestra.
Se trata de una comunidad que no cuenta con un solo semáforo, ni señalética en sus calles, no hay uniformados para auxiliar en las zonas de caos vial en horas pico ni en las salidas de las escuelas.
Pero sí hay elementos cazando a los conductores, sobre todo a los de carga pesada en las laterales de la autopista México-Puebla, en la salida al puente de Los Ángeles, la calle Domingo Arenas, la avenida Tlaxcala, el antiguo Camino a Ocotlán, Mirador, Durango y otras que conectan con Cuautlancingo o las armadoras de la Volkswagen.
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En este municipio jamás se informó de la creación de un reglamento de Vialidad y sin mostrar esta herramienta y con lujo de prepotencia, los uniformados de Gerardo Sánchez (muchos provenientes de San Martín Texmelucan y San Pedro Cholula, donde causaron baja por corruptos) extorsionan a sus paisanos.
Los gobiernos municipales anteriores no se habían atrevido a echar a andar a la policía de Vialidad o Tránsito Municipal, pues se reconocían las carencias viales y el rechazo de las comunidades, como en Ocotlán, en donde por años se guiaban por usos y costumbres y no lo permitían.
Se dispara el robo de vehículos en un 75 por ciento
Mientras estos abusos se llevan a cabo, de enero a mayo de este año el robo de vehículos se disparó en un 75 por ciento al registrarse 63 denuncias por este delito en comparación con las 36 que se contabilizaron en los primeros cinco meses del 2021.
En este lapso se denunciaron 352 delitos, 37 más que el año pasado, lo que significa un incremento del 12 por ciento.
No conforme con hundir a su municipio en la inseguridad, también permite abusos de los uniformados contra la población. Y pese a que hay quienes acuden a Contraloría para proceder contra los uniformados “mordelones”, se les impide.
Un hombre de la tercera edad que se ostenta como contralor los manda a aclarar sus inconformidades con un tal ‘Rodrigo’ de Vialidad Municipal en el Complejo de Seguridad Municipal, quien hace esperar por horas a los inconformes y al llegar les dice que simplemente no hay forma de comprobar que sus elementos actuaron mal y que no tienen de otra que pagar sus multas, las cuales son catalogadas como excesivas.
Por Los Reporteros de @MTPNoticias/ Metropolitano Puebla
