Un gran escándalo se ha creado alrededor de la fiesta de Halloween que se realizó en el Salón Country Club de la colonia Jardines de San Manuel, en la ciudad de Puebla, la noche del viernes 4 de noviembre.
Y es que se buscan culpables por todos lados, que si los padres de familia no tienen el control de sus hijos, que si los menores de edad cada día están más desatados, con eso de querer probar de todo a temprana edad, que si los organizadores – Cabritos Social Group– deben dar la cara, que si hay omisiones por funcionarios municipales, un largo etcétera.
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Ante la realidad de lo que todos vimos, una docena de jóvenes y adolescentes tirados en las inmediaciones del salón social, todos son responsables. Desde los que tomaron sin control, los que vendieron bebidas adulteradas, y hasta las autoridades.
Aunque la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios (Depris) de la Secretaría de Salud determinara que los asistentes a la fiesta llevaron su propio alcohol, no cambia nada, pues de todas maneras todos los implicados tienen parte de la responsabilidad de lo que ocurrió, que pudo haber acabado peor.
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De acuerdo con el Acta de Verificación Sanitaria número 22-PL-2100-10432-HV que publicó e-consulta, el salón social no vendió bebidas de ningún tipo. “No hubo barra de bebidas alcohólicas, ni servicio de bar a los asistentes” pues “los asistentes traían sus propias botellas y bebidas de alcohol, refrescos, cervezas y hielos”.
Se sabe que los dueños del Salón Country Club San Manuel están haciendo lo imposible para evitar una sanción o clausura, pero este jueves 10 de noviembre, el diputado Eduardo Alcántara presentará un punto de acuerdo para pedir que el inmueble sea asegurado.
Además, pedirá al presidente y Contraloría del Ayuntamiento de Puebla a que investiguen y señalen si existió omisión por parte de funcionarios de la administración municipal en lo referente a facultades o atribuciones de vigilancia y aplicación de las normas municipales que regulan espectáculos públicos y venta de bebidas alcohólicas, así como determinar si existió daño patrimonial por el no cobro de las contribuciones aplicables al evento ‘Halloween By Cabritos’.