A dos años de las elecciones 2024 no hay señales de que en el PAN deseen la reconciliación. La disputa entre los dos principales grupos, el del alcalde Eduardo Rivera, a través de la dirigente Augusta Díaz, y el de la expresidenta de partido Genoveva Huerta, se agudiza.
Lo sucedido en la sesión del Consejo Estatal del PAN este 23 de abril, donde los consejeros rechazaron la aprobación de los estados financieros de la dirigencia que encabezó Genoveva Huerta, por supuestas irregularidades financieras en el Comité Directivo Estatal, abrió un nuevo capítulo de esta ya conocida relación tóxica.
Son panistas, conviven entre ellos y se quieren… pero muy lejos, para no decir algo más apegado a la realidad.
Desde que Augusta ganó la contienda interna en el PAN, movimiento político para sacar a los últimos morenovallistas de la dirigencia estatal del blanquiazul, las peleas son más constantes.
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Este sábado, los consejeros estatales afirmaron que encontraron adeudos que registran los comités municipales del PAN, por un monto de siete millones de pesos, además de la falta de comprobación del gasto en diversos rubros, motivo por el cual se observó en su totalidad el presupuesto ejercido en 2021 que fue de más de 50 millones de pesos.
Genoveva de inmediato respondió el mismo sábado a través de sus cuentas de redes sociales, al acusar que el actual Consejo del PAN aprobó la compra de una camioneta nueva “de lujo” para Augusta Díaz de Rivera.
Esto, además que se destinará un monto de 7 millones de pesos para la remodelación del Comité estatal, ya que se prevé que se amplíen las oficinas hacia el estacionamiento que actualmente ocupa.
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Si bien hoy el grupo de Eduardo Rivera tiene el control del partido, pues cada vez ha ganado más adeptos, entre ellos alcaldes poblanos como Edmundo Tlatehui, de San Andrés Cholula; no hay que olvidar que Genoveva Huerta hizo ganar a algunos ediles, como a Filomeno Sarmiento en Cuautlancingo.
Aunque ya se verá cuántos le guardan lealtad a Genoveva, pues rumbo al 2024 muchos preferirán sumarse a Eduardo.
No cabe duda que hoy los priistas son más aliados al edil capitalino, que sus propios compañeros de partido.
