Hoy vale más un kilo de huevos que una hectárea en la reserva territorial Atlixcáyotl hace 20 años.
En cualquier tiendita, el precio del huevo oscila en los 33 pesos el kilogramo este 26 de julio de 2021.
Una hectárea de terreno (10 mil metros) fue pagada después de la expropiación del 26 de julio de 1991 a 25 mil pesos en promedio a ejidatarios despojados de sus terrenos en San Andrés Cholula.
A esos 25,000 pesos hay que quitar los tres ceros de la devaluación del peso de diciembre de 1994. El precio se queda en 25 pesos la hectárea, es decir a .0025 centavos el metro, cuando actualmente están vendiéndose hasta en 30 mil pesos el metro en algunos terrenos que quedan de la reserva Atlixcáyotl.
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La miseria de los ejidatarios
Ejidatarios de San Andrés Cholula acabaron en la vil pobreza, unos ya están muertos y otros están muy viejos y enfermos, sin dinero para costear sus achaques.
El autor intelectual de que esta gente acabara en la miseria es el exgobernador priista Mariano Piña Olaya (1987-1993), quien despojó de mil 80 hectáreas a familias que vivían del campo con la expropiación del 26 de julio de 1991.
A 20 años hoy la reserva luce ordenada, con grandes avenidas, una autopista, zonas residenciales como La Vista, universidades ‘fifís’ y centros comerciales como Angelópolis.
Todo esto a costa de campesinos, a quienes no se les pagó lo justo. Cada ejidatario era dueño en promedio de cuatro hectáreas.
Mientras tanto, los gobernadores en turno Mariano Piña Olaya, Manuel Bartlett, Melquiades Morales, Mario Marín y hasta Rafael Moreno Valle se hicieron millonarios.
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Jacobo quedó ciego y sin dinero
En esta ocasión me permito hablar del caso de Jacobo Tirzo, mi abuelo, él fue uno de los ejidatarios despojados de sus tierras en la década de los 90’s.
Las indemnización (entiéndase limosnas o algo mucho peor) fueron en distintos montos para cada ejidatario.
Jacobo labraba cuatro hectáreas cerca de lo que hoy se conoce como bulevar del Niño Poblano, donde hay varias universidades.
Como campesino vivía al día trabajando sus tierras, hasta que Mariano Piña Olaya vino a quitarle su propiedad a la fuerza. O era aceptar la indemnización o era enfrentar las amenazas del poder en turno.
En 1992 cuando la federación autorizó las indemnizaciones, Jacobo Tirzo recibió 100 mil pesos por sus cuatro hectáreas, es decir, a 25 mil pesos cada una, o 2.50 pesos el metro cuadrado.
De esos 100 mil, al abogado que lo asesoró para los trámites se quedó con la mitad. De los 50 mil pesos que le quedaron, se devaluaron y solo le quedaron 50 pesos en 1994, dinero que le alcanzó para comer solo un día.
Jacobo se quedó sin su pedazo de ejido y los últimos años de su vida los enfrentó con ceguera, porque se quedó sin propiedad que le hubiera permitido hacer frente a sus problemas de salud.
Así como él, hoy en San Andrés Cholula hay muchos ancianos que pasan por la misma situación, que recuerdan que fueron víctimas de Piña Olaya y de Manuel Bartlett, quien apaciguó con amenazas de muerte y el uso de la fuerza las protetas de los ejidatarios durante su sexenio (1993-1999).
