Aun cuando el ‘tío Poncho’, como le decían sus allegados, ahijados y favorecidos, abandonó Puebla desde hace meses, eso no significa que las autoridades competentes hayan puesto fin a las investigaciones sobre lavado de dinero y uso de empresas fantasma, utilizadas para desviar millonarias cantidades desde la BUAP, durante su rectorado.
Recientemente, las autoridades (luego les digo cuáles) recibieron una pista, para revisar los contratos en cuanto al mantenimiento de inmuebles, sobre todo, los que son históricos, pues han detectado contratos con sobreprecios.
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El asunto es que varios de los implicados en la entrega de contratos de mantenimiento siguen en la universidad, son los infiltrados que dejó Alfonso Esparza, y que saben cómo moverse cautelosamente para no ser descubiertos por la actual administración que encabeza la rectora Lilia Cedillo, quien ha venido limpiando el ‘cochinero’ que le dejaron.
Para no poner sobre aviso a los implicados, solo les adelantaré que en el caso del edificio Carolino, complejo arquitectónico que data de finales del siglo XVI, durante los últimos ocho años se inflaron costos de mantenimiento y servicios, en este inmueble que es sede de la BUAP.
Solo por cambiar focos o dar mantenimiento a candiles y luminarias, cada año la administración de Esparza pagaba 5.6 millones de pesos.
La cantidad se distribuía en 12 pagos mensuales de 471 mil pesos, el equivalente a 15 mil 720 pesos diarios. Como se exhibe en el concepto de la factura 11 del ejercicio fiscal 2019, a nombre de ‘Arte Francés’, del contratista Alejandro Carreto.
Los infiltrados de Esparza en el área de Infraestructura Educativa de la universidad son los mismos que en este 2022 renovaron contrato y hasta aumentaron los costos. Solo que en este año, el mantenimiento de los foquitos será facturado a nombre de Norma Berenice, esposa de Alejandro.
Estos movimientos son a espaldas de la rectora Lilia Cedillo, como ha sucedido en otras áreas, como Contraloría, donde en el último mes le di a conocer que Mauricio Vela era el infiltrado de Esparza, quien ya fue despedido de su cargo de subcontralor.
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La lista de irregularidades en la era BUAP no tiene fin. El 4 de octubre de 2021, en MTPNoticias publicamos que Alfonso Esparza lavó parte del dinero que desvío de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en compra de 15 departamentos, residencias y terrenos en los fraccionamientos más exclusivos como La Alfonsina, Torre Arts, El Secreto y Lomas de Angelópolis, ubicados en Puebla, San Andrés Cholula, Atlixco y Amozoc, que en suma valen 46.3 millones de pesos.
Con documentos se sustentó en esa ocasión que la Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita de la Fiscalía General del Estado de Puebla detectó estas propiedades a nombre de Alfonso Esparza, así como los movimientos que realizó en 2019 y 2020 como entregar en “donación” 11 de los bienes a su esposa Josefina Vergara e hija Luz Andrea Esparza.
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