El tema de la semana pasada fue el hoyo financiero o, más bien, dos hoyos financieros que representan una pérdida por 3 mil 200 millones de pesos para el estado Puebla.
Es un dinero que bien debió usarse en programas sociales, a seguridad, educación o a salud. No fue así por los errores (horrores) de los gobiernos anteriores.
Con esto nos queda claro que pasaron exgobernadores sin noción de lo que es la administración pública, a pesar de rodearse de cientos de asesores.
Otros más estaban cegados por la ambición para hacerse de dinero con actos legaloides, aunque eso comprometiera la estabilidad económica del estado.
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Este 11 de abril, el gobernador Sergio Salomón Céspedes dio conocer que la administración pagó 2 mil 600 millones de pesos al SAT, por un tema ilegal de devolución de impuestos en el año 2015.
La secretaria de Finanzas, Teresa Castro Corro, a quien le queda poco tiempo en el cargo, reconoció ese mismo día que en 2021 el gobierno de Miguel Barbosa y ella al frente de la dependencia depositaron 600 millones de pesos en Accendo Banco, institución bancaria que desapareció ese año.
La decisión del gobernador Céspedes fue atinada, en el caso de los 2 mil 600 millones, para no heredar el problema que se inició en la administración de Rafael Moreno Valle.
Se perdió ese dinero, sí, pero eso a la larga evitará más cargas financieras al gobierno estatal, de lo contrario se seguirían pagando 30 millones de pesos mensuales.
Como se venía haciendo desde el año 2018 cuando Antonio Gali era gobernador de Puebla, lo mismo que se hizo con Guillermo Pacheco Pulido y con Miguel Barbosa.
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Fueron 30 millones mensuales en un litigio que solo alargaba el pago total al SAT. Solo falta que Teresa Castro confirme que fueron cuatro años o más los que se erogaron esos recursos mensuales.
De ser así, basta multiplicar 30 millones por 48 meses, el resultado son mil 440 millones que se gastaron en el litigio.
Es otro, sino es que un tercer hoyo financiero que también dañó la economía de Puebla. Estos temas de gobiernos pasados generan preguntas básicas: ¿por qué hacerle daño a Puebla?, ¿por qué los exgobernadores actuaron con dolo?, ¿cuántos se beneficiaron con esos errores financieros?
