Si en algo se parecen el exmandatario Felipe Calderón Hinojosa y el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es el desinterés por castigar a los huachicoleros, huachigaseros (lease criminales) que en dos explosiones de ductos dejaron 31 muertos y 71 heridos: en la del 19 de diciembre de 2010 y el 31 de octubre de 2021.
El panista, quien fue presidente de México durante el periodo 2006-2012, no movió un dedo para que la entonces Procuraduría General de la República capturara a los huachicoleros que provocaron la mayor tragedia en la historia de Puebla, con la explosión de un ducto de gasolina en San Martín Texmelucan hace 11 años.
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Treinta personas fallecieron y 53 resultaron heridos, pero el caso quedó impune, jamás hubo interés por poner un escarmiento a los chupaductos de Puebla.
Ahora pasa lo mismo con el fundador y creador de Morena, quien prefiere los abrazos y no balazos, pues durante su administración ha mostrado total desinterés por patrullar la zona de ductos en Puebla.
El gobierno de AMLO es reactivo no preventivo, tras la tragedia de este 31 de octubre en San Pablo Xochimehuacán, Puebla, donde explotó un ducto de gas LP, envió cientos de militares y elementos de la Guardia Nacional.
¿Por qué no los envió meses atrás para resguardar los ductos? La administración del todopoderoso ha dejado en su orfandad a Puebla.
El presidente ha sido omiso y como consecuencia de ello es la explosión que dejó un muerto (pero que pudieron ser muchos más) y 18 heridos en San Pablo Xochimehuacán, Puebla.
Ya veremos si en lo que resta de su sexenio la Fiscalía General de la República captura a los asesinos, a esos huachigaseros que están plenamente identificados, o si está más preocupado en su figura de “Dios” de los aztecas.
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En Puebla solo el gobierno de Miguel Barbosa da muestras de querer acabar con estos criminales. Aún sin el apoyo de la federación mantiene una guerra contra estos delincuentes.
En junio de 2020 tras una cacería logró la captura de Óscar ‘El Loco’ Téllez en Apizaco, Tlaxcala, al acorralarlo en territorio poblano.
Actualmente, el gobernador ha ordenado varios operativos para capturar a ‘El Toñín’, logrando el aseguramiento el alcalde de Quecholac y de dos de sus policías, además de tres testaferros más del capo huachicolero.
Pero en estos operativos no se ha contado con el apoyo de un solo militar o elemento de la Guardia Nacional. Han sido los propios policías estatales y ministeriales, quien han entrado al Triángulo Rojo.
Mientras el presidente siga siendo omiso y no apoye a las autoridades locales, o que se haga responsable de patrullar las zonas de ductos, lamentablemente incidentes como el de Xochimehuacán se repetirán.
Sin duda que Calderón y López Obrador son tan igualitos.
