En la unidad habitacional Bosques de San Sebastián, el edil Eduardo Rivera se tomará una pausa este lunes para rendir un informe por los primeros 120 días de su administración.
En su mensaje compartirá un reporte de lo que dio tiempo hacer, porque hay que decirlo, cuatro meses son insuficientes. Lo más claro, es que ya tiene una agenda definida en tema de obra pública, seguridad y administración.
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A diferencia de sus antecesores, el edil programó un evento sencillo, simbólico, lejos de los grandes escenarios y reflectores, pues estará en calle acompañado por trabajadores municipales.
Sobra decirlo, pero en estos 120 días protagonizó encontronazos políticos. El ser uno de los perfiles medido para la gubernatura en 2024, tiene a muchos ocupados en meterle el pie.
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En cuatro meses se mantuvo de pie, no lo tumbaron, pues ese es el propósito no solo de morenistas (léase claudistas o ‘nachistas’).
La balanza está pareja en estos momentos para Eduardo, si bien le tumbaron el tema en el Congreso de Puebla, en cuanto al cobro del Derecho de Alumbrado Público (DAP), ya tomó el control de la dirigencia estatal del PAN, a través de Genoveva Huerta.
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Si uno le da la lectura por tamaño de municipios, no solo gobierna la ciudad de Puebla, sino que ya tiene a varios alcaldes panistas de su lado.
Edmundo Tlatehui, edil de San Andrés Cholula, es el principal aliado, político que tiene bajo control político y electoral este municipio.
En 120 días, Eduardo Rivera logró establecer buena relación con ediles que fueron impulsados por Genoveva en la elección de 2021, entre ellos Paola Angón, alcaldesa de San Pedro Cholula, y Filomeno Sarmiento, presidente de Cuautlancingo.
Tal parece que también limó asperezas con Eduardo Alcántara, coordinador de los diputados locales del PAN e incondicional de Genoveva.
En 120 días, estos pasos en la carrerea política puso nerviosos a doña Claudia, a don Mier, a don Armenta.
Si bien todos ellos están haciendo lo propio hacia el 2024, Eduardo trabajó en tener el control de la zona metropolitana.
Eso provocó que en estos cuatro meses sus opositores lo ataquen a través de sus emisarios, como fue el tema del suelo de 75 mil pesos a Adán Domínguez; cuando con Claudia Rivera, Lourdes Rosales, secretaria de Seguridad, ganaba 85 mil; y el de Pamela Galindo, exsecretaria particular de Claudia, más de 62 mil pesos.
Cuando no es el sueldo, son los ambulantes, son los cadáveres abandonados en colonias. Pero estos últimos temas son la herencia maldita de Claudia Rivera.
Eduardo ahí la lleva, no canta victoria, pues sabe que sus principales rivales están haciendo lo propio hacia el 2024.
