Es bueno que el Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa asuma una postura sobre los temas de coyuntura porque hay que reconocer que represente a un grupo de la sociedad civil, y aunque no fuera así, está en todo su derecho de opinar.
Lo que no está bien es que pida congruencia cuando él no lo es, ¿por qué?
“Yo he bautizado a muchos hijos de disputados, he casado a varias, pues ahora, quiero ver, ¿verdad?, que están a favor de la vida y a favor de la familia”, dijo durante su sermón en su misa dominical de este 14 de julio, el día previo a la votación de la despenalización del aborto en el pleno del Congreso local.
Lanzó un mensaje de chantaje a los legisladores, como si les hubiera hecho un favor en bautizar a sus hijos o casarlos, pues recordemos que las cuotas de las iglesias cada vez son más caras para poder recibir la “bendición” de Dios a través de algún sacerdote.
Después, leyó un comunicado que emitió a través de sus redes sociales el sábado 13, con una postura que, ya conocíamos, en contra de este derecho que llevan años demandando las mujeres.
En todo momento, habló de ellas como unas criminales y hasta dijo que el aborto es “la peor violencia en el mundo” e instó a los diputados y diputadas a “no mancharse las manos de sangre inocente”.
Para él, la opción es crear “estructuras de apoyo” para las mujeres embarazadas. “Siempre hay opciones, como la adopción en el seno de una familia sana, integrada y equilibrada”, dijo.
Eso sí, no mencionó qué ha hecho la iglesia a favor de esas mujeres que fueron obligadas a tener y criar solas a sus hijos, ¿qué programas ha implementado para ayudar a los menores abandonados en las estancias del DIF o en otros orfanatorios?
Si bien no es su obligación, para buscar influir en ese grado entre las decisiones de estado, al menos que argumente más.
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¿Y dónde está su incongruencia?, en ser muy puntual opinando sobre la despenalización del aborto pero evadiendo en todo momento los casos de pederastia de sus curas.
¿Cuándo se pronunció sobre Gerardo Espinosa Rubí, el sacerdote que abusó sexualmente de un niño en el municipio de Aquixtla?
Desde el 26 de octubre de 2021 cuando se dio a conocer el caso, hasta ahora que el hombre ya tiene una sentencia de 21 años y ocho meses de prisión, el Arzobispo “calló como momia”. Hasta se escondió para que no le fueran a preguntar, y así en otros hechos escandalosos que han ocurrido en esta entidad.
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Por si fuera poco, Esperanza, mamá del niño víctima, aseguró que aún en la cárcel, la arquidiócesis mantiene la defensa del violador para sacarlo de ahí, además que le siguen pagando un salario.
¿Para eso quiere que haya más niños en la entidad?, ¿para callar cuando sean abusados cuando no le conviene hablar?, y aplica para todos aquellos con sotana que quieren venir a dictar qué reformas de ley deben pasar y cuáles no.
Que empiecen por ser congruentes con sus hechos.