Hace dos semanas abordamos desde este espacio un tema polémico que sigue dando de qué hablar: las cuotas de inscripción. Propuse que el gobierno condonara estos pagos ante la crisis económica a causa del Coronavirus que ha dejado 42 mil desempleados en Puebla.
Todo parece indicar que hemos perdido la batalla, pues no se emitirá ningún decreto para obligar a las escuelas no exigir este dinero, a pesar de constantes manifestaciones de padres de familia que suplican no se les sume este gasto.
Resulta que el secretario de Educación Pública, Melitón Lozano, ya dejó en claro que lo único que se hará es llamar la atención a los integrantes de los comités de padres de familia para que no “exageren” y cobren lo mismo que el ciclo escolar que terminó.
El reclamo de los inconformes, en lo que estoy de acuerdo con ellos, es que en esta ocasión no se realizó ninguna asamblea para acordar el pago de las inscripciones como cada año, además que la mitad del ciclo escolar, fueron los padres de familia quienes les enseñaron a sus hijos.
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Ustedes dirán: pues es su responsabilidad, son sus hijos, deben de dedicarles tiempo en su enseñanza. Sí, pero es como decir: es obligación del gobierno pagar la luz, agua y el mantenimiento de las escuelas.
Quienes defienden el pago de estas cuotas, ¿no creen que es hora de exigir que las autoridades se hagan cargo para evitar deserción escolar?, ¿ser solidarios con quienes no tienen?, si bien es verdad que estos pagos se establecieron debido al abandono de gobiernos pasados, es momento que esta mala práctica quede atrás.
No basta con que el gobernador salga a decir que está mal, debe intervenir para eliminar estas cuotas que han derivado en fraudes, sobre todo en centros escolares en donde se clavan la lanita.
Por ejemplo, en el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, la Asociación de Padres de Familia exige cuotas ‘voluntarias’ de 2 mil pesos por alumno, que, multiplicados por los 8 mil 300 escolares, equivale a 16.6 millones de pesos.
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¡16.6 millones de pesos!, ahora entendemos por qué no quieren soltar este negocio.
Mientras, todo parece indicar que los padres de familia quedaron en estado de indefensión porque se ve que nadie quiere frenar las cuotas de inscripción. Lo único es que la SEP les deja los números teléfonos 2 29 38 20 y 2 29 38 25 para reportar montos exagerados y si los condicionan en inscribir a sus hijos.
¡Ya todos sabemos qué es lo que pasará! Los obligarán a pagar y establecerán las cuotas que se les dé la gana.